Los médicos nunca dieron esperanzas de que Michael González Cardona se salvaría. El pasado primero de julio, domingo, le dispararon en la cabeza cuando estaba de fiesta. Estuvo en coma hasta ayer en la madrugada, cuando murió en el Hospital de Caldas. La inspección a su cadáver la hicieron a las 3:45 de la mañana. Tenía 15 años.
Fue en el barrio Vélez, de Manizales. Dos mujeres familiares suyas que esperaban ayer al mediodía que les entregaran el cadáver en las afueras de la morgue, contaron que aún no tienen claras las razones por las que le hubieran disparado. “Los amigos dicen que él salió a fumarse un cigarrillo, y parece que cuando estaba afuera de la fiesta alguien le puso problema”, contó una. “Dicen que el que le disparó tenía 13 años, que primero lo sacó a pelear, pero Michael se negó, y luego le hizo dos disparos al suelo. El otro fue en la cabeza”.
-¿Por qué pelearon?
-No se sabe. Lo que dicen es que fue por media de aguardiente-, respondió la allegada.
Los amigos lo llevaron en taxi al Hospital. Michael validaba el bachillerato y vivía en un sector conocido como La Palma, cerca a la vieja Terminal de Transporte. Aseguraron sus familiares que nunca había tenido un problema de estos, por lo que consideran que no tenía enemigos ni cuentas pendientes con nadie.
A este caso se suma el de Dídier Rodríguez Zuluaga, de 29 años, a quien mataron ayer en la madrugada, según la Policía, con arma corto punzante. Lo asesinaron en una aparente riña cuando estaba en la carrera 44B con calle 10 del barrio Panorama, de Manizales.
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