LA PATRIA | MANIZALES
Dos hermanos y otro joven quedaron libres el pasado viernes, pese a estar indiciados por los delitos de tentativa de homicidio y hurto calificado. En audiencia pública, el juez segundo penal de Manizales con función de control de garantías les concedió la libertad.
Los hechos por los cuales un fiscal les imputó cargos se remontan al 27 de julio de este año, cuando a las 2:30 de la mañana, en la calle 24 con carrera 25, del barrio San Joaquín, de Manizales, atentaron contra un persona que estaba en una fiesta familiar y salió a la puerta de la casa a hacer una llamada.
Según el relato del agredido, en esos momentos uno de los dos hermanos sindicados se abalanzó contra él, y con un arma blanca lo obligó a entregar su celular, avaluado en un $1 millón 500 mil.
De inmediato, el agredido corrió unas tres cuadras intentando reclamar su teléfono móvil. Allí aparecieron seis sujetos, entre quienes estaba el que le había hurtado el aparato. Todos, armados con navajas, hicieron correr a la víctima, quien unos pasos más adelante trastabilló en unas escalas del sector. Esta situación la aprovecharon los delincuentes, que lo atacaron con patadas, puños y, además, le propinaron varias puñaladas en el tórax, que pusieron en peligro su vida, ya que de no haber sido porque sus familiares lo trasladaron rápido a un centro médico, hubiera fallecido, relató el fiscal.
El fiscal argumentó ante el juez de control de garantías, que los agresores atentaron contra una persona desarmada, por tanto, en condiciones de indefensión, y de inferioridad de fuerzas, ya que era alguien que justamente reclamaba su patrimonio, contra seis individuos que se lo querían usurpar.
El fiscal afirmó que la conducta de los tres jóvenes era alarmante y causaba zozobra en el barrio donde residían, por lo que hizo una petición muy puntual al juez: “La sociedad se verá más tranquila apartando de su seno a estos sujetos”, refiriéndose a que no veía otra alternativa que solicitar que fueran condenados a pagar cárcel.
Otro agravante del caso es que uno de los tres hermanos implicados tiene antecedentes penales por porte de estupefacientes.
El juez de control de garantías otorgó más credibilidad a los argumentos del abogado defensor, quien sustentó que dos de los acusados no participaron en los hechos, y que era muy probable que como la víctima acudió a una fiesta, estuviera bajo los efectos del licor, por lo que no era muy creíble el hecho de que hubiera reconocido plenamente a sus agresores. Además, indicó que el lugar donde fue apuñalada la víctima tenía una luz muy tenue, motivo por el que era poco creíble que hubiese visto con claridad el rostro de sus ofensores.
El juez de control de garantías consideró que a los argumentos del fiscal le “faltaban elementos contundentes para realizar la investigación”. Por un lado, aseguró que los retratos con los que la víctima identificó a los presuntos agresores no eran pruebas suficientes para condenarlos a una pena privativa de libertad, pero sí para encausar la investigación.
El juez también dudó de la forma como el fiscal obtuvo dichas imágenes, y añadió que no se parecían a los acusados. Si la víctima recibió las puñaladas en la espalda, ¿cómo hizo para identificar a sus agresores?, se preguntó el juez.
Tras la decisión del juez, de dejar a estas tres personas en libertad, el fiscal interpuso un recurso de apelación, por lo que los indiciados serán convocados a una nueva audiencia.
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