Familia de barrio Bengala aún espera justicia

LA PATRIA | MANIZALES

Los familiares de Jorge Arturo Rodríguez García, de 62 años, siguen esperando que se haga justicia por el asesinato de su ser querido. Al señor, pensionado del Municipio, lo encontraron sin vida dentro de su casa el 28 de noviembre del 2013, en el barrio Bengala, de Manizales.

Ayer fue la audiencia de control de garantías a un hombre, de 58 años, capturado el pasado miércoles y sindicado como el presunto responsable del homicidio.

No aceptó cargos y, al final, el juez lo dejó en libertad, pues consideró que los elementos materiales de prueba no son suficientes. Además, "los indicios son débiles, sin solidez y calibre para demostrar la supuesta culpabilidad del indiciado en los delitos de homicidio agravado con concurso con hurto calificado y agravado". La Fiscalía apeló de la decisión del juez y se le concedió ese recurso. El hombre seguirá vinculado al proceso.

Lo que pasó

A Rodríguez García lo mataron a golpes y de varias puñaladas en diferentes partes del cuerpo. El homicida se encarnizó con la víctima.

El fiscal, Juan Carlos Cadavid, narró ayer los hechos. Del capturado, de oficio constructor, se explicó que alquilaba habitaciones en diferentes lugares de la ciudad y que por un tiempo alcanzó a vivir frente a la casa de la víctima. Luego, el fallecido le arrendó un cuarto en su vivienda. Un testigo indicó que el 26 de noviembre de ese año llamó en reiteradas ocasiones a Rodríguez García y que quien contestó fue el sindicado, con quien ingería licor en el Centro. Luego, no quiso contestar más.

Otros testigos afirmaron que al día siguiente, muy temprano, vieron salir al acusado de la casa del occiso, con varios elementos como una olla arrocera, y dos costales, al parecer llenos de ropa. Tomó un taxi y se marchó. No volvieron a saber de él. "La víctima no tenía ni esposa, ni hijos. Le dio las cuchilladas y los golpes, y se fue de la casa con los elementos. Se valió de la confianza que le brindó la víctima para matarla y robarla. Se aprovechó de la indefensión", narró el fiscal.

El ente acusador habló de una pena de 33 a 34 años de prisión, y de 17 años si el acusado aceptaba los cargos. Tras dialogar con su abogado, Marino Giraldo, el sindicado no se allanó a los cargos. Pese a que el defensor pidió que no se avalara la imputación, el juez negó esa solicitud y la audiencia continúo. A la hora de pedir la medida de aseguramiento, el fiscal habló de pruebas como el reconocimiento fotográfico y una condena de 12 meses que tuvo el acusado por hurto calificado. El sindicado respondía con gestos y el juez lo regañó.

Voces

El fiscal leyó las declaraciones de algunos testigos. Uno afirmó que el 27 de noviembre fue a buscar a la víctima, pero el timbre no servía porque habían bajado los tacos. Le timbró al celular y no contestó. Pidió permiso a una vecina para asomarse por el techo y vio un río de sangre en la vivienda. Llamó a la Policía y lograron entrar al romper un vidrio. Ahí permanecía el cuerpo de Jorge Arturo, debajo de un colchón y todo estaba revolcado. "Faltaban el celular, el equipo de sonido y la billetera".

El juez expresó que no hay un testigo directo de ese homicidio, que pueda afirmar que el detenido es el culpable. Además, que la Fiscalía no aclaró si lo que el acusado sacó de la casa eran elementos suyos o de la víctima. Fuera de eso, que no se puede asegurar que porque el indiciado vivía en la casa de la víctima, lo robó y lo mató.

"Si el acusado vivía ahí y pagaba arriendo, es contradictorio decir que estaba en la casa de manera arbitraria, clandestina y engañosa. Eso no se refleja en las pruebas. Además, la Fiscalía no explica si la muerte fue el 27 o el 28. La duda se debe resolver a favor del implicado", argumentó el juez.

El fiscal calificó como excesiva la devaluación de las pruebas. Terminada la audiencia, el sindicado se dedicó a sonreír, mientras los familiares de la víctima salieron con la cabeza gacha, esperando que algún día se haga justicia.

Datos

• Un testigo indicó que el hijo de acusado tuvo problemas con la víctima porque le quedó debiendo $50 mil de un arriendo.

• El investigado alquilaba habitaciones en el Centro y el barrio 20 de Julio.
• El abogado defensor dijo que a la víctima la frecuentaban muchos hombres en su casa, especialmente jóvenes.
• El sindicado fue condenado a 12 meses de cárcel, por hurto calificado, en julio del 2000.
• La víctima vivía hace cuatro meses en esa casa.
• En caso de ser declarado culpable se enfrentaría a una pena de 33 a 34 años de cárcel.