LA PATRIA | MANIZALES
A las 9:00 de la mañana, las partes se sentaron en diferentes puntos de la sala de espera de una Notaría de Manizales.
En un lado estaban el exjugador del Once Caldas Jhon Viáfara y su esposa, Luz Mery Murillo, más sus abogados. En el otro, la administradora de un conjunto residencial, su representante y los voceros de la empresa de vigilancia Vigitecol.
La idea era llegar a una conciliación ante la denuncia instaurada el año pasado por la familia del deportista, a quien el 24 de febrero del año pasado le saquearon su casa, situada en un lujoso conjunto residencial del oriente de Manizales. Se indicó que los autores son menores entre los 6 y 17 años, que al parecer entraron a la vivienda del deportista, que permanece sola.
Según la defensa de Viáfara, la residencia estaba amoblada y los jóvenes dañaron los televisores, pues con lapiceros rompieron las pantallas y escribieron sobre ellas. Se tomaron parte del licor que trajo de Londres y quebraron otras botellas. Robaron joyas de la esposa y unos Rólex del jugador.
"Defecaron en los baños y untaron las paredes con eso, lo que se entiende como un claro gesto de racismo. Revolcaron los clóset", explicaron.
Ayer, luego de dos horas de audiencia, no hubo conciliación. El abogado del exjugador explicó que la contraparte no llegó con propuesta de arreglo. Las pretensiones económicas de la familia afectada son de $560 millones: $270 millones por el daño patrimonial y el resto por los perjuicios morales, por lo que consideran racismo, para los cuatro integrantes de la casa. Además, pese a tener la vivienda en el conjunto, no la volvieron a habitar y cuando vienen a Manizales prefieren irse para un hotel.
Los abogados de Viáfara acudirán ahora a una demanda ante un juzgado civil del circuito y esperarán la citación a audiencia.
La esposa del exjugador radicó, a través de su abogado, la denuncia ante la Fiscalía por hurto calificado en mayor cuantía.
A la Fiscalía 15 de Adolescentes se le asignó ese caso. El día de los hechos, personal de seguridad del conjunto encontró a dos menores dentro de la casa.
Estos indicaron que otros jóvenes del conjunto y sus invitados los mandaron a limpiar lo que habían hecho el día anterior y confesaron quiénes eran y en qué viviendas habitaban.
Entre las declaraciones de los menores están: "Un día que estaba montando moto me contaron que habían entrado a esa casa por la puerta de la cocina y que la abrió J.N. hace mucho tiempo". "A mi me obligaron a entrar a la casa y a abrir con J.S. una puerta. Me sentí amenazado. Abrí la puerta del clóset y al otro día me dijeron que tenía que arreglar la casa".
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