LA PATRIA | MANIZALES
15 años esperó la familia de Francisco Javier Buitrago Quiceno para saber de su suerte y recibir sus restos.
En octubre del 2020 la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) recuperó el cuerpo de Francisco Javier, después de que la Jurisdicción Especial para la Paz decretó medidas cautelares para proteger el cementerio de San Agustín, de Samaná, donde se podrían hallar los cuerpos de víctimas de desaparición forzada.
En septiembre del 2021, durante la audiencia de la JEP de seguimiento, la UBPD y Medicina Legal informaron sobre la identificación de cinco de los cuerpos hallados en el cementerio.
Uno era el de Francisco Javier. El pasado fin de semana, en un acto solemne que se llevó a cabo en la cabecera de este municipio del oriente de Caldas, sus padres, hermanos, tíos y amigos le pudieron dar digna sepultura a este joven de 21 años, quien murió en el conflicto armado.
La identificación fue posible gracias a la información suministrada por la familia. Durante la entrega digna, el Sistema Integral para la Paz reconoció a la familia su valentía, persistencia y dignidad, así como sus esfuerzos, disposición y facilitación para la recolección de la información.
El papá de Javier, Francisco, de 94 años; la mamá, Rosa, de 62, hermanos y hermanas y un tío han vivido el desplazamiento forzado, así como la desaparición de otros dos hijos, de los que aún hoy no tienen noticias, lo cual les ha enfrentado a condiciones de precariedad socioeconómica, quebrantos de salud física y emocional.
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