Ayer se realizó la audiencia de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento a dos de los cuatro sujetos acusados de robar y herir a un taxista en Manizales. También lesionaron a un policía.
Entre los implicados había dos menores de edad. Todos abordaron el taxi en la Avenida 12 de Octubre y le pidieron al conductor que los llevara al barrio Bengala.
Una vez allí le dijeron que frenara, que era un atraco, al tiempo que entre los cuatro lo chuzaron con puñales en un brazo y en el pecho. Le robaron un GPS avaluado en $220 mil, un celular de $350 mil y dinero por la misma cantidad.
Al ver que su vida corría peligro, el taxista se tiró del carro, que siguió en movimiento. Aunque los delincuentes lo intentaron frenar, colisionó contra un vehículo de la empresa Claro, mientras la víctima, bañada en sangre y temerosa, huía pidiendo auxilio.
“Sentí que uno de ellos me perseguía y pensé que me iba a matar. Caminé unas cuadras hasta que encontré a otro taxista y le conté que me habían atracado, y le pedí que me llevara al hospital. Él no tenía radio para pedir apoyo, en el camino nos encontramos a otro compañero, le dijimos que alertara a los colegas”, contó el afectado.
Los supuestos atracadores se bajaron del taxi. Mientras una pareja que vio lo ocurrido gritaba que los cogieran. Tres de ellos cruzaron el puente que divide a los barrios Bengala y Bosques del Norte, luego se escondieron en una casa. Uno de ellos salió y huyó. Mientras el otro, menor de edad, se perdió en un matorral.
El vigilante y el administrador de un conjunto cerrado vieron lo ocurrido. Les pareció sospechosa la actitud de los sujetos, y sin perderlos de vista, alertaron a la Policía.
20 minutos después, llegaron a atender el accidente de tránsito, pero los testigos les comunicaron lo ocurrido y les señalaron la casa donde se ocultaban, en Bosques del Norte. Hasta allá fueron los uniformados y más de 60 taxistas iracundos que pedían justicia.
Dos oficiales tocaron la puerta de la vivienda, pero no abrieron, a pesar de que se sentían voces. Pidieron apoyo. Al ver que los llamaban a que se entregaran y no lo hacían, se comunicaron con la dueña de la casa, mamá de uno de los sujetos. Ella intentó abrir la puerta, pero su propio hijo se lo impidió y le dijo que si lo hacía, la mataba.
Con la autorización de la mujer, los oficiales forcejearon para ingresar. Uno de los delincuentes salió y le propinó dos machetazos a un agente, uno en una mano y otro en la cabeza.
El ambiente estaba tenso y el hijo de la dueña se ponía cada vez más belicoso: “Me tienen que sacar muerto, pero a la cárcel no me llevan”, decía el presunto delincuente desde la ventana.
Cuando eran las 11:05 llegaron agentes del ESMAD para impedir que los taxistas lincharan a los indiciados. Al ver la cuadra rodeada y que no tenían escapatoria, el joven, que momentos antes gritaba iracundo,
lanzó el machete por la ventana. Luego, él y su cómplice se entregaron.
La Fiscalía les imputó cargos por hurto calificado y agravado y por violencia a servidor público. El agresor del oficial negó su participación en el robo y solo aceptó el ataque, por lo que será en un juicio donde le demuestren su presunta participación en el hurto.
El otro indiciado aceptó los cargos, pero pidió casa por cárcel argumentando que fueron los menores quienes lo involucraron. El juez le negó la petición y los envió a prisión a ambos.
Uno de los capturados contaba con una anotación porque el pasado 9 de mayo le había hurtado el celular a una mujer con estas palabras: “señora, no se haga chuzar usted ni su bebé”.
El otro se robó una botella de aguardiente de un almacén el pasado 23 de mayo. El defensor argumentó que era un robo de bagatela y pidió su libertad.
Es el valor de los daños ocasionados al taxi tras el choque.
de incapacidad le dio Medicina Legal al taxista lesionado.
de incapacidad le dio Medicina Legal al policía herido.
En el procedimiento fue aprehendido uno de los dos adolescentes involucrados, quien quedó a disposición de la Fiscalía de Responsabilidad Penal para Adolescentes.
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