LA PATRIA | MANIZALES

Antes de empezar la audiencia de acusación, una familiar de Adrián David Díaz Martínez, dueño del restaurante Don Ramón, dijo: Se ve lindo, no ha cambiado. Lo expresó cuando lo vio sentado ayer en el estrado de los acusados.

El comerciante es uno de los cinco capturados como presuntos responsables del robo de $2 mil 500 millones de la sede de Bancolombia, de la Avenida Santander, en octubre del 2017.

El hombre, esposado, volteó a mirar, saludó a sus allegados y les picó el ojo. La Fiscalía le formuló acusación como coautor de hurto agravado y calificado, y le retiró el concierto para delinquir, que se planteó inicialmente, pues este último delito no se pudo determinar.

La sala 314 del Palacio Nacional, donde el lunes acusaron también por el mismo delito a Luis Alberto Aguirre Arboleda, de 21 años, mesero del restaurante, estaba repleta con familiares de Adrián David. Arrancó la audiencia y el abogado del comerciante, Rafael Mejía, pidió un receso cuando se enteró de que el ente acusador hizo adiciones al escrito. Se tomó 10 minutos para empaparse de los detalles. Como ocurrió el lunes, el fiscal explicó que se resumió el documento con los datos concretos que tienen contra Adrián David.

La discusión, por un momento, se centró en la solicitud de Ricardo Gaviria, abogado de Bancolombia, de incluir entre las pruebas de la Fiscalía un examen de ADN, autorizada inicialmente por el Juzgado Tercero de Control de Garantías.

La idea de Bancolombia es que se coteje ese análisis con la saliva que quedó en un tarro con agua que se encontró en el banco, luego del robo, y que según la testigo estrella, conocida como Yuli, pertenecía al comerciante.

El defensor Mejía se opuso a ello, aduciendo que los plazos se habían cumplido, que la etapa de práctica de pruebas de la Fiscalía feneció, pues pasaron siete meses desde que se aprobó esa prueba y no se realizó. La jueza desestimó el alegato del abogado y autorizó que se practique la prueba de ADN, aunque aclaró que no quiere decir que se permita como prueba para el juicio, situación que se determinará en su momento.

La botella de agua que, según las investigaciones, dejó abandonada el comerciante en el banco.

Participación

El ente acusador narró que producto de la investigación se logró la identificación de quienes, al parecer, participaron en el hurto. Se solicitaron órdenes de captura, entre ellas la de Adrián David.

"Los implicados se reunieron en un sitio indeterminado de la ciudad a principios de ese octubre para planear el hurto. Empezaron a abrir camino por el monte detrás de la entidad bancaria, usaron machetes para formar una trocha y marcaron plantas con pintura, pues habían usado cintas, sin resultados. Eso duró dos semanas".

"Luego se reunieron de nuevo, tomaron cerveza y se determinó que ese día se ejecutaría el robo. Salieron en un vehículo de Adrián, con rumbo a la entidad. Se internaron en zona verde y empezaron a ascender. Luego se llevaron el dinero para una casa y se decidió que la repartición sería después, por seguridad".

Tras la lectura de los hechos, el abogado Mejía manifestó que la acusación iba en contra de los intereses de su defendido, pues consideró que eran narraciones muy generales. "Se habla de que se reunieron en un sitio. No dice dónde. Que se fueron en un carro. ¿De quién? No hay datos concretos", indagó, pero la jueza avaló el escrito tal y como se presentó.

Entre las pruebas que anunció la Fiscalía están entrevistas, reconocimientos fotográficos, la prueba de ADN, grabaciones de llamadas entrantes y salientes, y un disco compacto con registro de 4 mil 658 actividades de un abonado celular, entre el 3 de marzo y el 30 de julio del año pasado. La preparatoria será en mayo. Este proceso no quiere decir que el acusado sea culpable. Será un juez de la República el que determine responsables.

El delito

Hurto agravado y calificado porque lo robado supera los 100 salarios mínimos mensuales vigentes, se ejecutó entre varios y por la forma en que se llevó a cabo. La pena sería de al menos 20 años.