“¡Gloria a Dios! Y tranquilidad para esas familias que van a poder enterrar a sus seres queridos”, con esas palabras anunció Catalina Gheorge, gerente de salvamento de la Autoridad Nacional Minera, el rescate de los dos cuerpos que faltaban de los 15 mineros atrapados en las minas de Leo y de Mauricio, en la vereda El Playón, de Riosucio.
Terminaron las arduas labores de los socorristas que participaron del rescate. En la operación ayudaron 603 personas. También empezó el duelo para las 15 familias de los mineros víctimas, quienes recibirán apoyo psicosocial de la Cruz Roja durante tres meses más.
El cadáver de Luis Alfonso Acevedo, más conocido como Alfonsito, fue uno de los dos últimos que rescataron ayer. Él tenía el talento para atrapar la atención de sus compañeros contándoles historias a orillas del río Cauca. Dicen que los mineros hacían corrillo para oírlo. Tenía 45 años.
Ayer también sacaron el cuerpo de Lisandro Basto, de 32 años, a quien sus colegas recuerdan como un caballero con carácter, entregado al hogar y siempre sonriente. Toda su vida la dedicó a la minería.
“Lo único que desencadena este tipo de trabajo es la pérdida de vidas humanas. El río tiene su cauce y hay que respetarlo. No queremos más muertes tan tristes. Hay que buscar otras maneras de sobrevivir.”, dijo Gheorge.
Abel Jaramillo Largo, alcalde de Riosucio, informó que espera las directrices de la Agencia Nacional Minera para determinar qué se va a hacer con las cerca de 80 minas que funcionan en Riosucio, a orillas del río Cauca.
Respecto al apoyo que recibirán las 15 familias de los mineros víctimas, el burgomaestre recordó: “el Gobierno Nacional las acompaña desde el Departamento Administrativo para la Seguridad Social, a su vez, con el Fondo de Solidaridad, Fosyga, se les dará una reparación de $16 millones como lo anunció el presidente de la República”,
Catalina Gheorge felicitó a los socorristas de salvamento minero: “arriesgaron su vida, pero lo hicieron con mucho profesionalismo y sin ningún incidente”. Ellos laboraron al lado del río, con el peligro de derrumbes, temperaturas sofocantes y hasta con la posibilidad de ahogarse.
La funcionaria agradeció el apoyo que brindó la Unidad Nacional de Riesgo, organismos como la Cruz Roja, la Defensa Civil, Bomberos y la Chec. También destacó la valiosa colaboración de los mineros de la zona, quienes sirvieron como guías a los socorristas en los socavones. Familiares de las víctimas esperan que tragedias como estas no se repitan.
La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo recordó que utilizaron 26 motobombas, 10 plantas generadoras de energía, dos transformadores eléctricos, mangueras, cables y demás accesorios necesarios para el bombeo del agua, distribuidas en los cuatro socavones; adicionalmente contaron con maquinaria para la construcción de un jarillón y un “pozo cero” que soportó el drenaje del agua de las bocaminas y permitió el ingreso de los socorristas para extraer los cuerpos en los cuatro puntos de labores mineras.
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