La decisión de asesinar a Sergio Ramírez Ospina, de 40 años, era tan fuerte que hasta la casa se le metieron para dispararle en varias ocasiones. El hecho ocurrió el pasado miércoles a las 8:30 de la noche.
Ramírez vivía en el barrio La Frontera, sector de Chinchiná que estaba calmado en los últimos meses. Según testigos, los disparos sonaron dentro de la vivienda. Al menos un sujeto ingresó a la casa y cometió el crimen. No se descarta que otro haya participado.
Los cinco balazos que recibió el constructor no lo mataron de inmediato. Entre familiares y vecinos lo trasladaron al Hospital San Marcos, pero cuando arribaron los médicos determinaron que ya no tenía signos vitales.
Sergio Ramírez formó un hogar en el que nacieron cuatro hijos que hoy tienen edades de 18, 17, 6 y 5 años.
Desde el 22 de agosto no había homicidios en el barrio La Frontera de Chinchiná. Ese día hallaron en un cafetal el cuerpo de Luis Alberto Giraldo, de 18 años, a quien mataron de un disparo en el rostro.
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