LA PATRIA | MANIZALES
 

“Llevo cuatro familiares asesinados en seis años. La vida se me ha convertido en una desgracia”, dijo, en medio del llanto, María Amilbia Londoño Gómez, a quien el pasado viernes le asesinaron el tercero de sus cinco hijos: Maicol.

El crimen ocurrió tres días después de que el papá, Luis Valencia González, reconocido carretillero de La Galería, de Manizales, cumpliera dos años de haber sido acribillado en Peralonso por defender a otro hijo, que también iban a matar.

Desde que asesinaron al padre de Maicol, la familia se desintegró y este tuvo que vivir en una residencia del sector de Sideral. Según su madre, de allí salió el pasado viernes a las 5:30 de la tarde para tomarse un refresco en Billares Principal, entre la calle 19 con carreras 21 y 22, antes de partir con un grupo de amigos hacia el barrio Chipre, donde visitarían a unas chicas.

Allí, donde Maicol solía jugar billar, se cumplió lo que él le decía charlando a su madre: “me están buscando para matarme”. Cuentan los testigos, que a las 6:20 de la tarde, la víctima se tomaba su última gaseosa afuera del mencionado negocio. Desde Luces de París, un bar ubicado al frente, vieron caer a Maicol, pero como siempre fue tan charlatán, pensaron que era una de sus acostumbradas bromas y lo ignoraron.

Cuando notaron que no se paraba, que sus ojos blanqueban y que parecía axfixiarse, se aglomeraron para montarlo en un taxi. Aseguran que en cuestión de segundos, un tipo de camisa rosada fue el que le clavó una chupa en el pecho. El agresor corrió hacía la carrera 22 y se perdió, sin que nadie lo pudiera detener. Al parecer, todos estaban tan distraídos, que no se percataron del ataque.

“Maicol se miró, suspiró y se desplomó”, narró un testigo. Añadió que ni la camisa, ni el saco blancos que lucía se veían con sangre, por lo que la agresión fue imperceptible.

El coronel Mario Fernando Guerrero, comandante de la Policía Metropolitana de Manizales y Villamaría, aseguró que se enteraron del crimen cuando del Centro Piloto les reportaron que Maicol Yeisson Velásquez Valencia, de 22 años, había llegado muerto.

De 7:00 a 10:00 de la noche los investigadores judiciales indagaron en el sector, tratando de recopilar pruebas para conocer los motivos y capturar al responsable. Según el alto oficial, el asesinato fue en medio de una riña, producto de la intolerancia y del consumo desmedido de alcohol.

Cuando Yordí Alexis Valencia, otro hijo de Amilbia, de 17 años, se enteró del crimen de Maicol, intentó fugarse de La Linda para acudir al velorio, pero lo recapturaron. Un niño de tres años y medio quedó huérfano de padre, tras este asesinato.
 

Dramas y más dramas

María Amilbia Londoño Gómez se extrañó porque el pasado 24 de septiembre Maicol no la llamó para felicitarla por su cumpleaños. Un día después, a las 7:30 de la noche, su hija le marcó para enterarla de que la tragedia familiar seguía. Esta no cesa desde el 28 de febrero de 2009. Ese día, en el barrio El Carmen, asesinaron a bala a Ricardo Adolfo Ocampo Londoño, el hijo mayor de Amilbia, quien tenía 28 años.

El siguiente drama ocurrió para ella en la madrugada del 7 de octubre del 2010, cuando un pretendiente de Michel Catherine Valencia Londoño, de 17 años, la degolló y la lanzó por las escalas que comunican al barrio Peralonso con Neira. Londoño Gómez aseguró que su hija no accedió a sus pretensiones amorosas y por eso la mató.

“A uno no lo matan por bueno”

Desde el crimen de su padre, los carretilleros de La Galería no veían a Maicol por allí. Sin embargo, el sábado la noticia de su asesinato sonó de boca en boca. Recordaron que al igual que Asprilla, como apodaban a su padre, era berraco para el trabajo. Se rebuscaba la vida vendiendo frutas y papas en una carretilla en la que se recorría los barrios de Manizales.

Sin embargo, otros aseguraron que no andaba en buenos pasos, que lo veían con actitudes muy sospechosas, recorriendo la Avenida Santander y el Parque Caldas con sujetos extraños. “A uno no lo matan por bueno”, dijo un carretillero.

La cifra

65 asesinatos van este año en Manizales.