LA PATRIA | MANIZALES
Las travesuras son el pan de cada día en los jóvenes. Por eso siempre deben estar vigilados por un adulto para evitar que cometan hechos como el del jueves en el Instituto Universitario de Caldas.
Una quinceañera se puso el uniforme de la institución, llegó allí como cualquier otra alumna y se ubicó en un salón de clase, sin importarle que no estaba matriculada y que para los verdaderos estudiantes y docentes era una desconocida.
No se sabe si su intención era buena o mala, según lo indicó el rector, Cristóbal Trujillo.
El docente que llegó al salón se percató de la irregularidad y no dudó en informarle a la coordinación. Se le agrega a esto que por los corredores del claustro dos menores, que sí eran alumnas, andaban con ropa de calle.
“Los horarios son distintos para todos los estudiantes, unos vienen a recuperación y otros a reclamar boletines o a otras actividades. Esto quiere decir que el flujo de alumnos entrando y saliendo varía, no todos lo hacen a la misma hora, por ello los controles se dificultan”, indicó Trujillo.
Al indagar por sus pretensiones, en un principio dijeron que no se conocían y, para excusarse, las estudiantes se inventaron que se encontraron la ropa en el baño y por eso se la pusieron, mientras que la visitante manifestó que alguien la invitó al lugar.
Al ver a su abuela en la institución, ya que los padres de familia fueron citados, la infiltrada prefirió confesar que la noche anterior durmió en la casa de una ellas y que esta le prestó el uniforme para que pudiera ingresar al colegio sin contratiempos.
La madre de la alumna que prestó el uniforme expresó que apenas se enteraba de que la jovencita traviesa pasó la noche en su casa y que incluso ya le había restringido a su hija la compañía con ella.
La Policía se hizo presente en la institución y luego de verificar que no hubo ningún delito, le aconsejó al rector que hiciera un acta de entrega de la menor. Se estudia cuál será la sanción para las dos estudiantes de grado séptimo.
“Invadir un espacio que no le pertenece y portar el uniforme de otra persona es delicado, pero es más grave lo que pueda suceder. Que se haya atrevido a trasgredir esa condición de alumna, deja en entredicho cuál pudo ser su intención. Hasta donde sé es una niña que ha tenido un acompañamiento por dificultades en su proceso de formación y desarrollo, por eso elaboro un documento para hacerlo llegar a Bienestar Familiar (ICBF), ya que considero que ella continúa en grado de vulnerabilidad”, afirmó el rector.
Luis Eduardo Céspedes, director en Caldas del ICBF, expresó: "Lo ocurrido es preocupante, pues el hecho de que un extraño ingrese a un centro educativo implica un riesgo para las actividades académicas y la alarma se enciende si otra persona con malas intenciones entra bajo la misma figura. El llamado es para todas instituciones educativas para que refuercen el ingreso a los planteles”.
El día de los hechos, una madre de familia estuvo en la institución y le comentaron que la jovencita fue observada por varios minutos caminando por los corredores de la institución. También que fue llevada por dos alumnas a las que suspendieron por un problema que tuvieron con otra menor para que, al parecer, le hiciera algo.
La alumna infiltrada estuvo matriculada en el Instituto Manizales, pero desde agosto le cancelaron su vinculación por inasistencia.
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