LA PATRIA | MANIZALES
Lo que parecía un próspero negocio para ilusionados inversionistas manizaleños terminó en una estafa. Hasta hace dos meses todo parecía marchar bien. Los caldenses recibían mensualmente el dinero que producían los taxis que compraron para poner a trabajar en Cartagena. Sin embargo, la pareja de esposos en la que confiaron hace cuatro años para que les administrara el negocio empezó a fallar y la plata dejó de llegar. Se preocuparon y sus sospechas se confirmaron. Estaban ante una estafa de grandes proporciones: por lo menos $2 mil millones.
Esto les ocurrió esta semana a al menos 10 familias de Manizales, que en el 2010 decidieron comprar taxis para ponerlos a producir en Cartagena. En total serían 30 los engañados de todo el país. Diego Ruiz, un afectado, contó la historia para otros no caigan en las garras de esos supuestos estafadores y para que quienes los conozcan ayuden a ubicarlos, pues se perdieron desde el pasado martes.
"Varias personas de Manizales hicimos negocios comerciales con una familia en Cartagena, con tradición en la administración y operación de taxis. Con la pareja la empezamos en el 2010. Compramos los vehículos a la empresa Cortaxi, a quien le consignábamos los dineros directamente. La plata de los cupos se le giraba a la pareja. Eran $30 millones de los carros y $67 millones de los cupos", explicó el afectado.
Los supuestos estafadores les enviaron a los inversionistas documentos como la tarjeta de operación y la de propiedad, y cada mes cumplían con la entrega del producido. Pero cuando empezaron a fallar, decidieron reunirse para cambiar de administración y se encontraron con la estafa.
"De 30 carros, 18 eran chimbos. El administrador compraba o reclamaba los carros y los almacenaba en una bodega. Con una misma placa aparecían dos o tres propietarios, a quienes les giraba puntualmente y por eso no sospechaban. Sin embargo, a veces descontaba el pago del SOAT, la técnico-mecánica de carros que no existían".
Los afectados están en Cartagena, tratando de recuperar al menos los vehículos, pero han tenido problemas porque algunos conductores dicen que el señor les quedó debiendo las prestaciones.
Según Ruiz, hay taxis que aún están en el concesionario, por lo menos siete, sin reclamar, o con deuda, pues hubo personas que le mandaron la plata para pagarlo y entregó solo una parte. Otros permanecen en una bodega, pudriéndose.
"El señor dejó un abogado encargado, con poder general por escritura pública, que lo representa para entregarles los taxis a los afectados que quieran llevárselos. Nos dijo que en la Costa es fácil conseguir placas falsificadas y que las tarjetas de propiedad se obtienen chiviadas en Barranquilla. El abogado trató de disculpar a la pareja diciendo que no tiene nada qué ver".
Los 10 afectados de Manizales (podrían ser más) interpusieron ayer la denuncia contra la pareja, por estafa, ante la Fiscalía. Según los perjudicados, los timadores también son de Caldas. "Los buscamos porque ya eran reconocidos en esa labor. Ojalá a nadie le pase lo mismo que a nosotros", concluyó el manizaleño.
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