Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA | Manizales
"El correcto lavado de manos es una medida preventiva contra distintas enfermedades. Es muy sencilla, económica y muy práctica para evitar la contaminación con bacterias, parásitos u hongos. Esos microorganismos, después de frotarse los ojos, la nariz y otros, pueden quedarse en el cuerpo".
La anterior recomendación la hizo Jorge Iván Marín Uribe, médico especialista en microbiología clínica. El profesional habló de la tarea que deberían realizar -con más frecuencia- todas las personas. Lo hizo para conmemorar el Día Mundial del Lavado de Manos, que se celebra mañana.
"Con lavárselas antes y después de ir al baño, antes de manipular alimentos, y antes y después de consumirlos, se puede aminorar el riesgo. También se deben lavar en el día, después de mucho trabajo y actividad. Esto hace que la persona tenga un 80% menos de posibilidades de adquirir una enfermedad infecciosa", subrayó Marín.
El especialista indicó que todo lo que se toca está contaminado con bacterias o con virus, pero que no siempre que se esté en contacto con estos microorganismos se adquiere una enfermedad. Dijo que eso depende del estado inmunológico del paciente, es decir, de cómo están sus defensas en el momento que tiene el contacto (las defensas pueden bajar si se consumen ciertos medicamentos, si se ingirió licor, si hay estrés, etc) y que depende de la agresividad del agente patógeno.
Marín, que es magíster en enfermedades infecciosas, también respondió:
- ¿Cuáles son esos sitios más contaminados?
Los grifos de los lavamanos y las palancas de los inodoros. En realidad, toda la grifería. Regularmente en esos puntos hay mucha Escherichia coli, una bacteria muy común; y Pseudomonas aeruginosa. Ambas son causantes de múltiples infecciones.
El celular también es un foco de infecciones. Lo llevamos a todos los lugares donde vamos y no estamos acostumbrados a limpiarlo, cuando este trae consigo una importante colonización de bacterias.
Las cartas de los restaurantes son elementos muy sucios, pues pasan por las manos de todo el mundo. Allí se van colonizando progresivamente las bacterias, ya que no suelen someterlas a ninguna limpieza.
Las barras de las busetas también tienden a estar muy sucias. Las usa mucha gente. Y en las toallas de tela que se tienen en las casas para el secado de las manos, se suelen desarrollar algunos microorganismos, por lo que se recomienda cambiarlas -idealmente- cada dos días.
Pero son muchos elementos más. Hay que tener cuidado con las tablas de madera que se utilizan en las cocinas para cortar vegetales y carnes. Se aconsejan las de plástico para evitar el desarrollo de la Escherichia coli.
- ¿Qué puede ser útil para evitar los microorganismos?
Es muy importante llevar a la mano alcohol glicerinado (antibacterial). Se encuentra de pequeños tamaños y son muy fáciles de portar en el bolsillo, en el maletín o en la cartera. Durante el día, a medida de que uno cumpla con sus actividades, se puede ir frotando este alcohol (entre 30 y 60 segundos) hasta que desaparezca de las manos.
La gente debe tener en cuenta que después de la cuarta aplicación del alcohol glicerinado, este hace una capa sobre las manos y ya en la quinta aplicación no cumple con la misma función ni el efecto protector. Se recomienda tras la cuarta aplicación, hacer un lavado de manos con agua y jabón para barrer las capas de alcohol que se pusieron.
- ¿Qué tan perjudicial puede resultar el uso continuo de ese alcohol glicerinado?
Generalmente no afecta, pero en algunas personas puede causar irritación. Lo que se aconseja, en estos casos, es usar una crema humectante del gusto de cada quien. Esto disminuye la posibilidad de la alergia y no le quita el efecto al antibacterial. Se puede aplicar -intercalado- dos o tres veces al día.
- Para proteger a otros...
La mayor propagación de enfermedades infecciosas en el ambiente se da por virus. Estos se contraen al estar con personas que lo tienen y que al hablar, toser o estornudar, expulsan gotitas contaminadas que terminan inhalándose. Se recomienda usar tapabocas, si se va a estar en contacto con otros. También se sugiere usarlo si va a estar en espacios cerrados como supermercados o iglesias, todo para proteger y no contaminar a los demás.
- ¿Qué tanto afecta un continuo lavado de manos?
Las personas tienen una flora microbiana natural. Vivimos con las bacterias y necesitamos de ellas. Nuestra piel, por ejemplo, siempre las tiene. Cuando se hace la descontaminación con agua y con jabón, se quitan los microorganismos anormales de la piel, los normales se quedan. El alcohol no mata las bacterias protectoras, esas se quedan.
- ¿Cómo debe ser el lavado?
Con un jabón antibacterial que haga espuma y debe enjuagarse muy bien con abundante agua. Ojalá sea líquido y de dispensador, porque suele pasar que dejan los jabones de barra en sitios donde empiezan a generarse hongos, también perjudiciales para la salud. Las barras no son recomendadas hoy en día.
- ¿Qué enfermedades produce la Escherichia coli y la Pseudomonas aeruginosa?
Pueden generar enfermedades del tracto gastrointestinal (diarrea, gastroenteritis de origen bacteriano) o causar patologías más graves como la neumonía, la meningitis, infecciones de la sangre, de la piel, etc. Las más propensas son las personas inmunosuprimidas (con defensas bajas), los niños menores de cinco años y los adultos mayores.
¡Por una óptima limpieza!
La Organización Mundial de la Salud (OMS) propone una técnica para el lavado de las manos, proceso que -según la entidad- debe durar entre 40 y 60 segundos. ¡Póngala en práctica!:
1. Moje las manos con agua.
2. Deposite en la palma de la mano una cantidad de jabón suficiente para cubrir todas las superficies.
3. Frótese las palmas de las manos entre sí.
4. Restriegue la palma de la mano derecha contra el dorso de la izquierda, entrelazando los dedos y viceversa.
5. Frótese las palmas de las manos entre sí, con los dedos entrelazados.
6. Restriegue el dorso de los dedos de una mano con la palma de la mano opuesta, agarrándose los dedos.
7. Frótese, con un movimiento de rotación el pulgar izquierdo, atrapándolo con la palma de la mano derecha y viceversa.
8. Frótese la punta de los dedos de la mano derecha contra la palma de la mano izquierda, haga un movimiento de rotación. Repita con la otra mano.
9. Enjuague las manos con abundante agua.
10. Séquese con una toalla desechable o servilleta.
11. Sírvase de la toalla desechable o servilleta para cerrar el grifo.
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