Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA | Manizales
Claudia Cortés busca desde mayo el diagnóstico para el problema que la aqueja. Se detectó una bolita en el seno derecho, del tamaño de una arveja, ha ido de un médico a otro y, en los seis meses del proceso, no le han determinado qué tiene. Sospecha de un cáncer de mama.
A sus 44 años, tiene un hijo de 20 y lamenta todo lo que ha demorado el reporte para iniciar un posible tratamiento. Teme por su futuro. Cuestiona al Sistema de Salud y a la EPS Salud Total, que para todo -como ella misma lo indica- demanda autorizaciones y extensos tiempos de espera entre una cita y otra, más si es con un especialista.
“En principio, no le presté atención, pues pensé que era un ganglio inflamado y no me incomodaba”, mencionó la paciente.
Claudia contó que en la cita de medicina general, el profesional la examinó y le mandó una ecografía. Le dijo que solo cuando tuviera los resultados volviera.
“Ese resultado se demoró cerca de 20 días. El 16 de julio me remitió a ginecología y la cita la dieron para el 10 de octubre. Entre agosto y septiembre llamé a la EPS, casi cada día de por medio, para ver si encontraba una cita antes de la que me habían dado y nunca la hallé. Había agenda a partir del próximo diciembre”, relató.
Reciente
Claudia mencionó que ese 10 de octubre, cuando llegó a donde el ginecólogo, este le dijo que su caso no le correspondía. La remitió con orden prioritaria al mastólogo, especialista en las glándulas mamarias.
“Tuve suerte: me la dieron para el 12 de este mes. Con el mastólogo me hice la ecografía particular para no esperar a la demora de la EPS, pero me fue mal. De una me tomó la biopsia.
Cuando se tenga el resultado final de este último procedimiento, me operan. Pasarán primero unos 20 días. Se cree que es cáncer”, subrayó la paciente.
Molestia
La bolita, que antes tenía un minúsculo tamaño, hoy ya mide cerca de cuatro centímetros, aseguró Claudia.
“Si dormida me volteo y me apoyo en ese lado, me despierto por la incomodidad. Es un dolor similar al que se tiene cuando uno se cae y se hace un raspón. No puedo decir que es insoportable, pero es continuo. Ya me empezó a doler el seno del otro lado, pero no le siento ninguna masa”, explicó.
Instó a otras mujeres a tomar acciones rápidas y les recomendó el autoexamen.
“Estoy muy asustada. El mastólogo me dijo que si llega a ser algo maligno, él ya difícilmente me puede salvar el seno. Eso es aterrador, porque ya lo que pienso es ‘si me va bien, voy a perder el seno’. Y entonces, si me va mal, en tres o cuatro meses que faltan, ¿cómo voy a estar? Me está creciendo rápido y ya tengo cambios en la piel. Perderé una parte mía”, manifestó.
Hoy Claudia se aferra a la posibilidad que existe de que lo suyo sea una masa benigna.
Miedo
“Me da susto el pensar en un tratamiento fuerte. Le temo a lo que dicen de las radios y quimioterapias. Uno piensa que muchísimas lo han superado, pero otras tantas no han podido. El faltar no me aterra, pero los dolores que vengan sí. A ratos ignoro lo que siento, pero si las cosas van a empeorar ¡imagínese!”, reveló.
Claudia añadió que el brasier le talla en esa zona de la mama y que a cada rato se lo tiene que estar acomodando.
“Todo esto también toca la vanidad. Perder el cabello, me afectaría emocionalmente. Me lo cuido mucho y pienso constantemente en la idea de que se me va a caer. Deberé asumir que es parte del proceso”, concluyó.
Respondió
Salud Total informó que a Claudia se le han brindado las atenciones que el médico tratante ha definido, que no se le han negado ni negarán servicios a los que tiene derecho según el Plan de Beneficios en Salud.
Destacan que la paciente, desde julio ha asistido a cinco citas de control con especialistas y de medicina general, se le han autorizado las órdenes para una ecografía mamaria y una biopsia, dando continuidad a sus atenciones.
“De este último procedimiento, tiene pendiente sus resultados. Una vez se informe, se continuará con la atención según lo indique el médico tratante. Ahora no tiene ningún servicio pendiente por autorizar”, subrayó la EPS en un comunicado.
Antecedentes
Claudia Cortés contó que lleva una vida relativamente sana. Aseguró que tiene una alimentación balanceada y sin grasas, que no bebe, no fuma y que, como actividad física camina a diario al y del trabajo. “Mi mamá, que hoy tiene 63 años, tuvo cáncer de matriz. No tuvo solución y se le sacaron el útero. Eso hace ya 12 años”.
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