Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA | Manizales
Los dolores que sintió Zohelia Castaño Sierra hace poco más de 33 años le anunciaron que algo en su cuerpo no estaba bien. Le molestaban los codos, las muñecas, los tobillos. Buscó ayuda médica y, tras algunas pruebas, un reumatólogo determinó que padecía artritis reumatoidea.
Esta es una enfermedad inflamatoria de las articulaciones que suele ser dolorosa y generar limitación para desarrollar actividades. La afectación suele ser bilateral, es raro que suceda en un solo costado del cuerpo.
La noticia la impactó, pero -pese a los lamentos por su situación- superó su tristeza y puso de su parte en el tratamiento que hoy le permite estar activa a sus 59 años y sin depender de los demás. A la tolimense, profesional en psicología, le tocó sobreponerse a las adversidades.
"Estuve tres años en silla de ruedas, un tiempo de mucha lucha. Me tenían que bañar, que vestir; hasta cepillar porque yo no podía hacer absolutamente nada. Me fastidiaba la cama, el piso, estar en las sillas. Los dolores eran terribles", apuntó.
Zohelia habló del sufrimiento durante el proceso y de las siete operaciones que le han efectuado en los pies para corregir las deformidades en sus pequeñas articulaciones. También aparecieron unos nódulos en sus glúteos por los que pasó por el quirófano.
Cuando enfermó, Zohelia ya estaba casada y tenía una hija. Después de diagnosticada llegó un segundo bebé, una bendición. No ha dejado que la enfermedad la absorba: "Al principio uno no es consciente de lo que pasa, pero después, con los síntomas, va viendo qué tan grave es. Intenté aliviarme con baños, rezos, comí chulo, culebra; traté con la orinoterapia, pero adherirme a un tratamiento fue lo único que me ayudó. Los pacientes deben cuidarse, ir al médico y tomarse los fármacos. Deben realizar las terapias así duelan".
Fundamentos
El reumatólogo Danny Gómez explicó lo complicado que les resulta el levantarse a los pacientes con esta condición degenerativa y sin cura: "Si las que se afectan son las manos, en las mañanas amanecen rígidas. No son capaces de peinarse o cepillarse los dientes. No pueden cerrarlas, todo porque durante la noche se les han inflamado. Pasa un poco cuando empiezan a mover las manos, se empiezan a calentar y a hacer posible ciertos movimientos".
La artritis suele afectar más a las mujeres y a pacientes entre los 20 y los 50 años. Por cada cuatro mujeres enfermas tan solo hay un hombre con la condición. Gómez también respondió:
- ¿Hay un componente genético en la condición?
Sí lo hay. El riesgo está presente para las familias donde ya se han registrado casos de la enfermedad. También puede aparecer en personas que no tengan antecedentes. Hay un factor asociado al desarrollo de la patología y es el fumar. Las personas con enfermedad periodontal (que afecta a los tejidos de soporte de los dientes) pueden llegar a tenerla.
Lo que pasa con el alcohol, por ejemplo, es que altera el mecanismo hepático. Entonces los medicamentos que se consumen no se van a metabolizar bien y pierden su efecto. Esta sustancia inflama el hígado y así estarían contraindicados la mayoría de fármacos que se utilizan.
- ¿Cuáles son los síntomas de alerta?
Aparte de la inflamación, el dolor y la rigidez, a la persona puede caérsele el cabello y perder peso. Las molestias se dan sobre todo en las articulaciones pequeñas y hasta en aquella que permite la apertura y el cierre de la boca (articulación temporomandibular).
- ¿Cómo es el diagnóstico?
Hay que hacer una buena evaluación del dolor articular. Se debe preguntar bien al paciente por el tipo de dolor en las articulaciones. Se tiene que diferenciar el dolor mecánico del inflamatorio. El primero hace referencia a cuando se empieza a hacer una actividad y duele la articulación. En reposo no suele molestar y mejora la sensación. La rigidez matinal es mínima en esos pacientes. En el segundo, que corresponde a la artritis, pasa que se levantan con las manos entumecidas. El dolor se gesta cuando se está descansando.
Dependiendo de los síntomas, del tiempo, al paciente se le puede pedir una radiografía de la articulación afectada; también del otro lado. Es decir que se solicita de las dos manos, de los dos pies, etc. Se suele pedir un examen que se llama reactante de fase aguda, que determina si hay inflamación. Se hace en sangre. Ahora hay dos exámenes específicos para artritis: El factor reumatoide y las citrulinas.
- ¿Cómo se maneja la enfermedad?
Cuando se tiene el diagnóstico hay que empezar a tomar medicamentos. Estos se catalogan en analgésicos, que son para el dolor; y están los modificadores de la enfermedad, que están para controlar el desarrollo de la artritis. Si se llega a controlar la enfermedad, el paciente no se va a inflamar.
Los corticoides en estos pacientes se utilizan de manera transitoria, porque sirven mucho al comienzo. Ya cuando están controlados se pueden ir suspendiendo gradualmente hasta dejarlos por completo.
- Desde casa, ¿qué puede hacer el paciente?
La parte nutricional es importante, porque no se pueden subir de peso. La idea con estos pacientes, cuando se diagnostican, si están pasados es que bajen. La grasa corporal puede aumentar la inflamación y hacer que sea difícil controlar la enfermedad. Tienen que tener una dieta equilibrada, comer sanamente. Eso tiene que ser dirigido por un profesional en nutrición.
En cuanto al uso de productos homeopáticos -por lo menos yo- no los recomiendo, pues no tienen evidencia científica. Tienen que ser tratados, además, por un fisiatra y acostumbrarse a hacer actividad física. Ya si presentan algún dolor, será este último especialista el que intervenga en función de la molestia. Este determina la terapia a seguir o el dispositivo a usar.
Es positivo cuando asisten a sesiones de terapia ocupacional, pues aprenden a hacer ahorro de esas articulaciones, a cuidárselas. Ir al psicólogo les ayuda a aceptar y comprender la enfermedad y generen adherencia al tratamiento, a los fármacos. Hay que hacer un tratamiento multidisciplinario, sobre todo, con los jovenes que son los de más difícil abordaje.
- ¿Hay mitos y miedos con la condición?
Sí y muchos. Por falta de información la gente piensa que los medicamentos les van a hacer daño. Uno cree que el medicamento no sirve y lo que pasa es que la persona no se lo toma. La medicina alternativa no tiene un sustento científico que la avale para tratar a los artríticos reumatoideos.
Ahí lo que logran es perder dinero, retrasar los verdaderos tratamientos y complicaciones. Llegan a consulta en estados avanzados de la enfermedad, cuando ya es más difícil todo. Deben pensar que esos otros medicamentos dejan efectos para otros órganos. Tiene efectos secundarios.
- ¿Afectan los retrasos en el tratamiento?
Después del diagnóstico, la remisión se debe dar en el menor tiempo posible. Entre menos pase mejor va a ser el pronóstico del paciente.
Especialistas nacionales
En Colombia, todos los reumatólogos están calificados para diagnosticar y valorar la artritis, así lo señaló el médico Danny Gómez: "Tenemos disponibles todos los medicamentos que se necesitan para la artritis. Lo que falta fomentar es el conocimiento de la condición en los primeros niveles de atención. Sería ideal que el médico de una vereda, de un pueblo, esté capacitado para identificarla".
Esta es una enfermedad de notificación obligatoria al sistema de salud, a través del Ministerio de Salud y Protección Social. Según la Cuenta de Alto Costo, para el 2017, en el país habían 72 mil 478 pacientes con artritis.
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