Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA | Manizales
A María Edith Tabares, residente de Samaná (Caldas), le diagnosticaron hace 13 años linfedema (elefantiasis) en ambos miembros inferiores. Episodios recurrentes de úlceras varicosas y de infecciones, como la erisipela, le produjeron esta enfermedad.
Los dolores intensos hicieron que la mujer permaneciera reducida a los espacios de su vivienda. Un tratamiento que le realizarían en Cali, su única esperanza. Solicita ayuda económica para completar su proceso.
El linfedema, explicó el médico Carlos Humberto Orozco Téllez, es una enfermedad crónica donde se daña el sistema linfático, el encargado de transportar la linfa: "Es un líquido guiado por conductos muy pequeños y que lleva algunas proteínas y células de defensa".
Según Orozco, cuando cualquier patología (fracturas, cáncer, esguices) causa la obstrucción de dicho sistema, la linfa no drena, se acumula y se producen hinchazones. Contó que es limitante y demasiado molesta (ver recuadro ¿Exitoso?).
Opción terapéutica
Hasta hace tres años Asmet Salud EPS le siguió el proceso a María, pero por su gravedad -el especialista tratante- le recomendó la amputación de las piernas. Ella se negó y, junto con su familia, buscó opciones de tratamiento, lo que encontró en la Fundación Reina Isabel, de Cali.
La experta en flebología María Isabel Lozano tratará a María Edith en la capital del Valle. La especialista aseguró que no cobrará por sus honorarios y que consiguió la estancia gratuita por un año de la paciente, pero que se requiere dinero ($13 millones 935 mil, según la profesional) para seguir el caso, con lo que se le mejorará el dolor.
"Ojalá me puedan ayudar para terminar mi tratamiento, que es muy costoso y no tengo con qué. Se me dificulta salir, me duelen bastante las piernas. La izquierda es la que más mal está", dijo la paciente, de 59 años.
¿Exitoso?
Carlos Humberto Orozco Téllez, profesional con un postgrado en Diabetes y Pie diabético, dijo que el linfedema genera un cambio considerable en el tamaño de los miembros inferiores y que es de muy difícil manejo, que responde discretamente a los tratamientos y/o medicamentos.
"Necesita ser tratada con presión, a partir de medias especiales o vendajes elásticos. Hay medicamentos que tienen resultados en algunos pacientes, pero en otros no".
Orozco puntualizó que lo que se le hará a la paciente es un manejo sintomático y añadió que para lo que tiene no hay cura. Dijo que cualquier tratamiento innovador deberá ser sometido a una junta médica (con un par académico de la institución) que lo que hace, con la participación de varios especialistas, es consultar si lo que se va a hacer tiene consentimiento científico.
"Las terapias de presión, como estas, solo ayudan mientras exista esa presión. No alcanzan a recuperar el volumen inicial de la pierna, pero sí disminuye en algo la inflamación, lo que le servirá para tener una mejor calidad de vida. Si está en una etapa muy avanzada no funciona nada", concluyó.
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