Lo que pesa lo psicológico en lo orgánico

Elizabeth R. Rojas

LA PATRIA | Manizales

La depresión en la que cayó Melissa*, tras una ruptura amorosa, afectó otras aspectos de su vida. Aparte de la carga emocional y mental que traía, fisiológicamente sus allegados empezaron a ver cómo sufría.

A sus 31 años no comía ni dormía bien. Por lo primero desarrolló un cuadro de gastritis que no le permitía hacer mayor actividad física. Poco a poco subió de peso y su capacidad cardiovascular se vio afectada. Con los días, terminó ahogándose con subir a un segundo piso.

Eso la preocupó y buscó ayuda médica. Pasó por exámenes, los que incluyeron una prueba de esfuerzo y un electrocardiograma; y los resultados no fueron los más alentadores. ¡Tenía que buscar una solución!

Un cambio en sus rutinas, en su dieta y un acompañamiento psicológico fueron fundamentales para avanzar. Con el tiempo superó la tristeza y, con ello, todo lo que le sobrevino.

Carga psicológica

Héctor Jaime Montoya, psicólogo clínico y sistémico, especialista en parejas y familia, conceptuó sobre dos desórdenes psicológicos que suelen afectar a la población, particularmente a los adolescentes y adultos, incluidos los de la tercera edad: ansiedad y depresión.

Montoya dijo que la primera no es más que "una preocupación, unos miedos excesivos y continuados, ante situaciones cotidianas. En principio es buena, porque nos ayuda a enfocarnos en lo que tenemos que superar, pero cuando ya tiene una continuidad se convierte en trastorno generalizado".

El profesional mencionó que eso trae consigo, básicamente, una alteración de la corteza cerebral. Explicó que se aumentan los niveles de adrenalina y cortisol, hormonas que conllevan a cambios en el apetito, a alteraciones para dormir; ocasionan irritabilidad y sentimientos de culpabilidad.

"Esto afecta al sistema nervioso indudablemente y otras funciones como la absorción de los alimentos. Estos efectos también se comparan con los de la depresión", resaltó el psicólogo del Parque de la Salud.

Esta segunda condición, en la que prevalecen la tristeza, la desesperanza y la idea de que nada va a cambiar -advirtió Montoya-, llega por malas relaciones amorosas o con los allegados, por abusos sufridos durante la niñez o porque simplemente en la familia se tienen antecedentes de esta alteración.

"Es que algunos núcleos están predestinados a manejar las emociones de manera depresiva. Esto también aparece en personas con un patrón de consumo de sustancias alucinógenas", mencionó el especialista en manejo de adicciones.

El psicólogo añadió que las personas con estas alteraciones desarrollan, en muchos casos, cuadros de estrés, lo que afecta al corazón y hace que se altere la presión arterial y con eso otros órganos y sistemas.

"Estos condicionantes pueden llevar a una persona a pensar en el suicidio como alternativa, a tener gestos de autolesión. El mal manejo de las emociones y la falta de habilidades sociales hacen que se aumenten estas historias. Hay que trabajar en evitarlas", concluyó.

* El nombre se cambió por solicitud de la fuente.

Busque ayuda

• Distintas organizaciones y/o entidades están dispuestas a ayudarlo, de manera gratuita y con reserva, si requiere acompañamiento psicológico. Acceda a Línea 123, opción 3, con funcionamiento las 24 horas al día, los 7 días de la semana, si cree tener problemas en este sentido.
• 3205620449 y 3114392185 son las dos líneas habilitadas por la Secretaría de Salud Pública para solicitar acompañamiento en casos de violencia de género, intrafamiliar y/o sexual. Escriba también a likeporlavida@gmail.com o a consejodejuventud.manizales@gmail.com.
• Acceda a la Red Comunitaria Abierta en Salud Mental, que se coordina desde la misma Secretaría. Comuníquese al 3126577247.
• El programa Telesalud, de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Caldas, también le ofrece este apoyo gratuito. Ingrese a www.telesaludcolombia.co para agendar con distintos especialistas.

¡Póngalo en práctica!

El psicólogo Héctor Jaime Montoya recomienda poner en práctica un ejercicio de respiración para controlar distintos sentimientos y alejar los cuadros de ansiedad, depresión y estrés que afectan todo nuestro sistema.

"El mindfulness, que es una forma de respiración consciente, con muchas investigaciones alrededor de ellas en los últimos años, es una alternativa. Esto nos lleva a bloquear las emociones y a estimular el hemisferio cerebral derecho, encargado del placer. Se generan las hormonas necesarias para estar bien", explicó Montoya.

Esta práctica, según el psicólogo, acalla el hemisferio izquierdo, que "es el que hace bulla". Recomendó:

1. Buscar un lugar tranquilo, donde no se vaya a ser interrumpido.
2. Sentarse en una posición cómoda y cerrar los ojos.
3. Inhalar y exhalar por la nariz, siendo consciente del aire que entra por las fosas nasales.
4. Permitir que el abdomen se llene de aire al inhalar y, al expulsarlo, hacer que este se hunda, esto contando igual cantidad de números tanto de entrada como de salida.
5. Sonreír, pues esto último se convierte en una alternativa terapéutica para todo el organismo.

Montoya sugiere que esto se repita dos veces al día, mañana o noche, para entregarle a nuestro organismo la salud que requiere: "Con esto se saca el dióxido de carbono, que es muy perjudicial, de nuestros pulmones. Cuando tenemos respiración consciente lo que hacemos es limpiar nuestro organismo de distintos sentimientos".