Lo que dice el moco de su salud

B. Eugenia Giraldo T.

LA PATRIA | MANIZALES

Los hay ventaneros y también pegajosos. Algunos son verdes y en la mayoría, transparentes.

Los expertos aseguran que a los moquitos hay que mirarlos con buenos ojos, pues son una barrera contra el polvo, la contaminación y los microbios.

De acuerdo con Víctor Cardozo, docente de Enfermería de la Universidad Católica, el moco es una secreción que recubre toda la membrana nasal (nariz, laringe, faringe, tráquea) y tiene algunas enzimas que son antisépticas.

Explica que cuando están en la proporción adecuada son un signo de buena salud. Y agrega que si no fuera por ellos, “estaríamos expuestos a constantes infecciones. Lo que vemos como desagradable resulta favorable para el organismo, porque nos defiende y avisa que algo está pasando”.

De acuerdo con el médico Álvaro Augusto Zuluaga, especialista en rehabilitación cardiorrespiratoria, el moco se convierte en un medio de desecho cuando entra en las partículas grandes al cuerpo y este se encarga de eliminarlas. “Constantemente producimos moco y de la misma manera lo botamos, bien sea tragándolo, expectorándolo o sonándolo”.

Agrega que esta sustancia no solo está en el sistema respiratorio, lo hay en el pulmón, el sistema digestivo, donde protege la mucosa gastrointestinal; también en la vagina, por eso es un medio de protección del organismo, y que solo cuando hay procesos infecciosos el cuerpo busca la manera de botar la toxina que se acumula.

Sobre la cantidad de mucosidad, Zuluaga expresa que es difícil dar un dato pues esto depende de la causa y de si hay un proceso alergénico o infeccioso.

1. Los de la alergia son especiales

Zuluaga indica que una persona alérgica siempre va a encontrar que su mucosidad es líquida. Aunque la composición es la misma, en el caso de la rinitis y como mecanismo del factor alergénico se produce la rinorrea, es decir el moco, pero en agua. El docente Víctor Cardozo agrega que en estos casos hay congestión nasal, pero cuando cambia su viscosidad volviéndose más grueso indica que hay una reacción bacteriana.

2. De claros a oscuros

Los desechos nasales tienen una tonalidad crómatica que va desde el transparente hasta verde oscuro o negro. Cuando presentan un color transparente, quiere decir que hay una sobreprotección, pero si es clarito se debe a un proceso alérgico o viral. “Si es amarillo o verdoso, denota un desarrollo infeccioso y si llega a negro, entonces hablamos de una condición mayor, como una tuberculosis, un cáncer y hasta la contaminación”. Agrega que en los fumadores el moco les sale negro o con pintas de sangre porque hay en curso un problema infeccioso de mucho tiempo o un daño en la mucosa bronquial.

3. Sonarse la nariz

De acuerdo con Cardozo, esos cambios son un llamado del sistema inmune pidiendo auxilio. “Sonarse la nariz o escupir o botar ese esputo es una reacción del cuerpo cuando hay una hipersecreción y lo que elimina son las bacterias que afectan el árbol bronquial”. Aparte de que la persona no puede respirar bien, Cardozo habla de otros síntomas derivados de los procesos respiratorios, que también lo incapacitan para degustar e ingerir la comida.

4. No hay problema

Un informe de la revista Muy Interesante detalló cómo el Instituto Nacional de Salud Mental y Neurociencias de Bangladesh, en la India, chequeó las razones que aducían los estudiantes a manipular los mocos. De acuerdo con el estudio, la mayoría lo hacía para rascarse o retirar restos nasales. Un 12% reconoció que lo motivaba el placer y un 4% admitió que se los comía. El docente de la U. Católica admite que esto es cultural. “A diario digerimos el 20% o 30% de los mocos que producimos y lo hacemos de manera involuntaria”. Lo que sí recomienda es formar al niño con buenos hábitos de higiene, pues asegura que en ellos esta práctica es involuntaria.

5. La dieta no influye

Cardozo señala que no se asegura que si hay más consumo de frutas y verduras el organismo responda produciendo más moco. Recomienda que en caso de una enfermedad bacteriana la persona debe consumir abundante líquido, que fluidifique las secreciones y la salida de los moquitos. “Si come más proteína y vitamina, en especial vitamina C, el virus de la bacteria que lo ataca no progresa y el cuadro infeccioso se resuelve más rápido”.

6. La temperatura influye

Decir que hay mayor producción de moquitos en clima frío es verdad. El médico Zuluaga relata que por las bajas temperaturas la persona produce vasoconstricción, lo que ocasiona un aumento de la secreción para tener la mucosa hidratada, lo que permite la permeabilidad de la mucosa. “Por eso cuando van al Nevado las personas gotean un poco la nariz como medio de protección del sistema respiratorio”. En otros casos, explica que por el calor o por el consumo de alimentos calientes hay moqueo debido a los conductos que hay en las fosas nasales.

7. Se pierde el gusto

“Es verdad. Porque ahí tenemos el centro del olfato. Si hay un proceso inflamatorio crónico se puede producir la pérdida del olfato o anosmia y también desaparece el gusto, porque si no tiene olores tampoco sabores”, explica el médico especialista en rehabilitación cardiorrespiratoria.

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“Si viéramos el moco no como algo desagradable, sino como un indicador de salud, seguramente haríamos unos diagnósticos mucho más acertados de la vía respiratoria”, Víctor Cardozo, docente de Enfermería de la Universidad Católica.

La nariz se limpia solita

La nariz tiene la capacidad de autolimpiarse, lo hace conforme respira, pero si se acumula hay que ayudarle. El docente de la U. Católica sostiene que al sonarla no lo debe hacer con mucha fuerza, porque puede lesionar la mucosa nasal.

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Lo que recomiendan

A. En los niños hay signos fundamentales para entender cuándo tienen una enfermedad respiratoria

* Movimiento brusco de la nariz

* Coloración azulado de los labios o de las uñas

* Revisar que las costilla no se hundan

* Decaimiento

* Producción excesiva de moco

* Fiebre

B. En el adulto

* Fiebre

* Congestión nasal

* Dificultad respiratoria

* Producción excesiva de moco acompañada de tos