Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA | Manizales
"En ese tiempo era muy común comprar y quemar pólvora en las fincas cuando llegaba diciembre. Y bueno, uno de muchacho que no se queda quieto, las paga. Le cogí unas papeletas a papá para quemarlas y el quemado fui yo".
El relato anterior es de Martín*, un hombre que recordó cómo se quemó la mano izquierda cuando tenía unos ocho años. Ahí su madre lo llevó al puesto de salud de su vereda y le lavaron la mano, para después aplicarle una crema. Contó que, por fortuna, lo suyo no pasó a mayores.
Esa suerte del hoy adulto mayor no la tienen todas las personas que manipulan el material explosivo. Año tras año siguen presentándose casos, pese a los esfuerzos de las autoridades en salud por prohibir su uso.
La Dirección Territorial de Salud de Caldas (DTSC) mostró, recientemente, los números que quieren disminuir para la presente vigencia. En el 2018 se registraron 40 lesionados; en el 2019, 51; y en el 2020, 45.
Secuelas
LA PATRIA entrevistó a la especialista Colombia Quintero de Pérez, cirujana plástica y estética, adscrita a la Clínica de La Presentación. Ella, integrante de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, tiene amplia experiencia en el tratamiento de pacientes quemados por estos artefactos.
"Mucha gente cree que con quemar pólvora va a tener alegría. Y no, a cambio de eso, se vienen problemas muy serios y estas son las secuelas. Hay personas que han perdido dedos, las manos y hasta la visión".
- De las chispitas que les entregan a los niños...
Esas les pueden producir ceguera. Aquí ya pasó que a un niño le cayó y le dañó los ojos. Una ceguera por una simple chispita, ¡no es justo!. La quemadura que produce es una quemadura de tercer grado. Pueden lesionar la córnea o la conjuntiva. Y no solo esas, es que el ojo es una estructura muy delicada.
- ¿Cuáles son los grados de quemaduras?
La quemadura de primer grado es la que no deja cicatriz (afecta la epidermis, la parte más superficial de la piel). A veces quedan con algún problema de pigmentación, pero no es más. Suele ser la del sol, por lo que no es de mucho interés en esta oportunidad.
Las de segundo y tercer grado son más profundas y delicadas. En las de segundo grado, que se daña la epidermis y la dermis, tiende a ser necesario colocar un injerto de piel, lo que se extrae del abdomen inferior (en la mayoría de los casos), dejando también una cicatriz en esa zona.
A eso súmele que hay que hospitalizar y en pleno diciembre, no es tan bueno. Hay que llevarlos a cirugía, pueden colocarles férulas de yeso y seguir con la recuperación. Luego no van a poder mover bien sus manos.
Las quemaduras de tercer grado son las más delicadas. Es que, desde el principio, destruyen tejidos profundos. Estos pacientes suelen venir con amputación, con pérdida de la mano o de alguna de sus partes o con otras zonas del cuerpo dañadas. Se afectan la piel, los músculos, los tendones, etc.
-- De las lesiones y hospitalizaciones...
Generalmente los pacientes con quemaduras de las manos o de la cara, quedan hospitalizados. Es que se tiene que ver en qué momento se va a colocar el injerto y pueden requerir varias cirugías.
-- ¡El impacto psicológico, bastante fuerte!
Un niño no entiende por qué está hospitalizado o por qué entró a un quirófano y salió de allí sin una mano. Tienen que seguir un tratamiento psicológico, a parte del médico. Eso se hace para vencer esa tristeza y ese temor que quedan con las secuelas físicas. Es que lo emocional es muy importante. Eso hay que trabajarlo con los pequeños y con sus padres.
-- ¿Cómo prevenir?
La mejor prevención es decirle no a la pólvora. Tenemos que educar a nuestros niños en no recibirla. Es que muchas veces se las proporcionan los amiguitos, los tíos, los primos, sin que los padres se den cuenta.
-- ¿Cómo es la situación hoy en Caldas con los quemados?, ¿cree que hay más cultura frente a la pólvora?
Ha cambiado de un tiempo hacia acá, con las campañas que se hacen frente al tema. En Caldas han disminuido los casos. No es la misma situación de hace 10-20 años. Suelo ir a TV para hablar de ello y para hacerles entender a los adultos el por qué no se les puede entregar a los niños. Sirven también las promociones de prevención que hacen desde la Secretaría de Salud. Todos podemos hacer que los niños y los adultos no tengan secuelas tan serias.
* El nombre se utiliza incompleto por solicitud del protagonista.
Denuncie
La Policía Nacional pide, a la comunidad en general, denunciar la fabricación, transporte y comercialización de pólvora. Quienes quieran hacerlo, contarán con total reserva de su información personal. La línea 123, los CAI y la policía del cuadrante, preparados para escuchar la queja.
Desde el ICBF
Luis Eduardo Céspedes, director Regional Caldas - Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), instó a los adultos y a los menores a alejarse de la pólvora. Habló de lo que pasa, desde lo administrativo, cuando un pequeño se quema.
"Los juntamos y les hacemos una amonestación. Es una sensibilización a los padres y/o cuidadores, enseñándoles buenas prácticas de crianza y los cuidados que se deben tener. Se les habla de los derechos que tienen los niños".
Céspedes dijo que si no superan la dificultad, se les inicia un proceso de restablecimiento de derechos. Puntualizó que a los infantes debe procurárseles ambientes protectores en toda la sociedad.
"Las celebraciones se disfrutan es por las carcajadas de los niños, por los buñuelos que se comparten, por el baile de los tíos y por la integración de las familias. Este año vamos a liderar la campaña La fiesta eres tu, no la pólvora", concluyó Céspedes.
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