Vanessa Sánchez
Manizales | LA PATRIA
Manuel José Ortiz, de 88 años, ingresó desde el 25 de diciembre del año pasado a la Clínica Saludcoop, en Pereira, por una fractura de fémur, producto de una caída. A pesar de vivir en Manizales y de su familia luchar por encontrar una cama en la ciudad, no lo lograron. Tres meses después falleció, según su hija, por negligencia y desatención.
El 31 de diciembre lo operaron y dos días después le dieron de alta. Sin embargo, el 16 de enero regresó a Pereira porque la herida no le sanaba y aparentemente había una infección en el hueso. Martha, hija del paciente denuncia que su papá fue víctima de maltrato por las enfermeras del centro asistencial y cita la negligencia de algunos médicos de planta. Además, califica de indignante que la clínica no contara con los insumos básicos para atender a los pacientes, pues de manera particular debieron comprar gasas, compresas y medicamentos, porque había días en que no se los suministraban.
"Mi papá era bipolar y nunca recibió atención de un psiquiatra; solamente los médicos generales decidieron que eso se controlaba con pastas. También desatendieron lo nutricional, pues llegó pesando 95 kilos y murió con 73 kilos ", señala.
Martha agrega que su desespero llegó a tal punto de que el viernes 13 de marzo decidió sacar a su papá del hospital para traerlo a su casa en Manizales y dejarlo morir dignamente. Ante su insistencia logró ser trasladado a Manizales esa misma noche a la Clínica Saludcoop, allí paradójicamente el servicio lo describieron como excelente tanto en la parte médica como asistencial.
Pese a todos los cuidados y buen trato, 10 días después falleció. Su hija aun desconoce las causas, pues no tienen acceso a la historia clínica por ser un documento confidencial.
Lo que dice la EPS
Manuel Eduardo Bastidas, auditor médico y autorizado por la gerencia regional del Grupo Saludcoop para dar el concepto médico y técnico del caso, asegura que Manuel José Ortiz desde que ingresó en diciembre a Urgencias de la clínica en Manizales recibió atención para corregir su fractura y por eso fue remitido a Pereira.
Mientras el paciente estuvo hospitalizado, asegura que también fue valorado por el infectólogo, ortopedista e internista, ya que presentó una osteomielitis (infección ósea) localizada, producto de las platinas que le pusieron en la primera cirugía, pero lo trataron con antibióticos para estabilizarlo.
Sobre la compra particular de insumos médicos, el auditor concluye que le parece extraña la situación, porque el equipo de enfermería y la clínica cuentan con los elementos necesarios para realizar las curaciones y pide a los familiares soportar la queja con las facturas de las compras correspondientes.
Frente a la atención psiquiátrica, Bastidas sostiene que no tiene conocimiento si la recibió o no. "El paciente estaba compensado desde el punto de vista infeccioso. La causa final de su muerte no es exacta, porque hizo un paro cardiorespiratorio, además presentaba enfermedades como diabetes y una infección urinaria que también lo afectaron", ratifica.
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