Mateo Yepes Serna
LA PATRIA | Manizales
Leonor Nieto murió en febrero de este año en la clínica Comfamiliar de Pereira. Antes de saber lo que sufría, pasó meses difíciles. Sintió hambre porque no podía tragar y desespero al sentirse asfixiada. La tos la acompañaba todos los días.
Su pasión era contar historias de su esposo, ya muerto; de sus hijos, nietos, y de su Santa Fe querido. Hablaba mucho y lo disfrutaba, hasta que un día no lo pudo hacer más, pues un nudo se alojó en su garganta y afectó su respiración.
Los médicos, al ver que la asfixia era inminente, decidieron hacerle una traqueostomía (procedimiento que permite el paso de aire por la traquea hacia los pulmones), mientras le descubrían con exactitud su enfermedad.
La biopsia mostró que un Linfoma No Hodgkin concentrado en la epiglotis, cartílago de la garganta que permite el paso de aire a los pulmones e impide que comida y líquidos ingresen por la tráquea al sistema respiratorio.
El linfoma es un tipo de cáncer en las células de la sangre. Según el informe Indicadores de gestión del riesgo en adultos con linfoma no Hodgkin y linfoma Hodgkin en Colombia, del Fondo de enfermedades de alto costo, las células malignas que se originan en el sistema linfático afectan el funcionamiento del sistema inmunológico y, por ende, la defensa del organismo.
Al tener síntomas muy variados, se convierte en una patología difícil de detectar. El diagnóstico oportuno es entonces la mejor herramienta para combatirla.
Linfoma en niños
"En los pacientes menores con cáncer, los linfomas son los terceros en frecuencia, después de las leucemias y los tumores del sistema nervioso", afirmó Bibiana Villa Rojas, oncóloga pediatra. En los niños el patrón es el mismo que en los adultos: son más los casos de linfoma no Hodgkin que de Hodgkin.
De acuerdo con Villa, en Manizales hay al menos cinco casos pediátricos de linfoma por año. Agregó que en los niños la posibilidad de cura es mayor.
El tratamiento varía según el tipo de enfermedad. Si es Hodgkin, se trata de forma ambulatoria, es decir, sin la hospitalización del paciente. En el tipo No Hodgkin sí es necesaria la hospitalización, pues la enfermedad es más agresiva, al igual que su tratamiento.
Trabaje la mente
El tratamiento psicológico puede mejorar las condiciones de los pacientes. Entre mejor comprendan la situación y su enfermedad, más llevadero será el proceso.
Sus emociones, sean niños, jóvenes o adultos, varían inevitablemente. Por eso, entre más acompañamiento haya desde la psicología junto a sus familiares, mejor podría adherirse a las quimio o radioterapias.
Leonor, con 82 años, ya sabía que su ciclo había terminado. Como se lo transmitía a sus hijos, quienes la acompañaron hasta el final. Sin embargo, para su familia no fue tan fácil asimilarlo en ese momento.
Según Juan Carlos Salazar, psicólogo de pacientes con cáncer, este proceso se llama 'vulnerabilidad de la existencia'. Los hijos están tan acostumbrados a estar con sus padres, como en el caso de Marta y Leonor, que no quieren despegarse de ellos. "Sienten que dependen de la vida de sus seres queridos y eso hace que piensen que perderlos es el fin", mencionó.
Los más negativos con el diagnóstico son los jóvenes y adultos. Los primerosno quieren morir porque sienten que no podrán cumplir sus sueños y la enfermedad les frenará su causa. Los segundos, reciben mal la noticia porque sienten que no han vivido lo suficiente. "A sus mentes llegan pensamientos como 'no compré lo que quería' y 'no viajé a donde siempre soñé'. Es la sensación de metas insatisfechas", sentenció Salazar.
En cambio, la respuesta al diagnóstico de los niños es la que, según él, es el ejemplo, pues ellos viven aún de metáforas y utopías: "Los niños entienden muy bien ese proceso y ellos mismos empiezan a hablarle a los papás de su proceso de muerte".
Desactualizados
Para el 2015, 9 mil 279 personas padecían algún tipo de Linfoma en Colombia, siendo más común el No Hodgkin, según la información más reciente dada en el informe del Fondo de alto costo.
Hodgkin y No Hodgkin
La diferencia radica en los tipos de células malignas y en los glangios que suelen atacar. La primera, si tiene un diagnóstico temprano, puede curarse en un 90% de los casos. La segunda, al ser más grave, tiene un tratamiento más invasivo.
Las dos son tratadas con quimioterapia, radioterapia o cirugía si lo requiere.
Los cuatro momentos del tratamiento psicológico
De acuerdo con Salazar, hay cuatro momentos psicológicos en la enfermedad:
1. "Me voy a morir": Es cuando el paciente se entera de su enfermedad: si es un niño o joven, la noticia se le da a los papás. Ese momento se llama 'impacto emocional', que provoca tres sentimientos en el paciente: tristeza, depresión y ansiedad.
2. "Esperanza de vida": Este momento se da durante el tratamiento. Allí, el paciente siente la necesidad de conocer muy bien acerca del tratamiento y de la enfermedad para, finalmente, hacer todo lo posible para vivir.
3. "50-50": En el tercer momento, los pacientes ya habrán acabado el tratamiento y desde ese momento en adelante ya es tarea de su cuerpo asimilar los resultados del proceso. Hay 50% de probabilidades de salir de la enfermedad y otro 50% de que la enfermedad resista al tratamiento. La familia suele aparecer con procesos propios como la fe o la medicina alternativa.
4. "Principio de Thanatos": Sucede en caso de que el tratamiento no funcione. El paciente dice "ya no hay nada que hacer y, por eso, me preparo para morir". Pero la preparación de la muerte no es solo propia, la familia debe aceptar la noticia también. Para eso son necesarias las etapas del duelo que recomienda la teórica Elisabeth Kübler-Ross: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
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