LA PATRIA | MANIZALES
“Coomeva y la Supersalud no hacen nada. Mi esposa no aguanta el dolor y yo, estoy desesperado viéndola sufrir”. El que habla es Norberto Marulanda, quien lucha para que su esposa, María Mónica, recupere la salud.
La mujer lleva 12 años con un dolor crónico intratable. Para calmarlo, le implantaron un neuroestimulador espinal, pero desde septiembre ya no le sirve, debe cambiarlo porque al aparato se le agotó el ciclo de vida.
Según Norberto, en este momento es como si no tuviera nada. Lo que le preocupa es que pese a que diario llama o acude a la EPS, no hay adelantos.
Lo último que le dijeron es que Coomeva ya contrató con Neurocentro en Pereira para efectuar el procedimiento. “En marzo obtuve la orden, pero ahora falta que la EPS pague por adelantado, en ese proceso lleva como un mes”.
Norberto reconoce que el medicamento que le atenúa en algo dolor sí se lo entrega la EPS, pero lo que reclama desde septiembre aún no está resuelto del todo. “Ahora se aprovechó de la pandemia y no responde”.
LA PATRIA se comunicó con la oficina de comunicaciones de la EPS y al cierre de esta edición aún no había respuesta.
Un juzgado falló a favor de la usuaria con una tutela integral y un incidente de desacato.
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