Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA | Manizales
La historia de Sofía Ríos tiene un antes y un después, esto fijado desde el momento en que sus padres la acercaron al Centro Integral de Inclusión Social (Ceder), institución en Manizales que el 11 de mayo cumplió 60 años de labores.
La niña de 6 años padece síndrome de Dravet (una condición severa que afecta el neurodesarrollo) y, desde que llegó al lugar, ha evolucionado sobremanera. De ese cambio, que no obtuvo en otras entidades, dan fe Miguel, su papá; y Laura Restrepo, su acompañante sombra. Ambos concluyen que hoy la vida de la pequeña sería otra, sin las terapias que semanalmente le hacen, desde distintas disciplinas.
"Las de fonoaudiología, por ejemplo, son muy especializadas. La niña tiene un retraso algo complejo y muy marcado, del que ha podido avanzar. Están muy orientados y concentrados en el resultado que se quiere", dijo Miguel.
Laura, en tanto, señaló que Sofía ha crecido más allá de lo que se creía su punto máximo: "Han sido 6 meses de muchos beneficios. Ahora sigue más las instrucciones y reconoce más partes del cuerpo, objetos y animales. Habla mucho".
Enfocada al servicio
El testimonio positivo enorgullece a Adriana Arango Gómez, directora ejecutiva del Ceder desde el 2008. Ella es nieta de Alberto Arango Restrepo, gestor de la institución; e hija de Sergio Arango Pinzón, quien también se desempeñó en su cargo.
El trabajo familiar desarrollado por sus antecesores la llena de orgullo: "Esta es una institución madura en procesos de aprendizaje, de crecimiento, de caídas, que se ha levantado con perseverancia para atender la población con discapacidad de la región".
Hoy el Ceder es una institución sostenible, con impacto en los 27 municipios del territorio caldense y ciudades de departamentos vecinos. Tiene servicios de salud y educación habilitados, que hoy conducen por 5 líneas de acción, con certificación de calidad. Están disponibles para la población:
Salud
"Somos una IPS enfocada a la rehabilitación integral y ocupacional. Tenemos convenios con los regímenes especiales (Policía Nacional y Ejército); también con todas las ARL de la ciudad y algunas EPS", subrayó Adriana.
Educación
"Tenemos educación inclusiva habilitada hasta quinto de primaria, que respeta los ritmos de aprendizaje de cada menor. Allí los niños alcanzan su meta académica hasta donde sus capacidades lo permiten. También hacemos acompañamiento en las instituciones educativas para la prevención de la discapacidad en el ambiente escolar", agregó.
Empleabilidad
"Otros alumnos tienen habilidades que potenciamos y fortalecemos, trabajando sus competencias blandas, para llevarlos al campo laboral. Ahí transformamos la vida de la persona en condición de discapacidad y su familia. Se vuelven productivos para la sociedad. Hacemos sensibilización con los empresarios y vemos qué alumnos tienen potencial en sus puestos de trabajo".
Regional
"Somos operadores del Estado, ayudando a cumplir los planes de desarrollo de las alcaldías y la Gobernación. Ayudamos a construir la política pública de discapacidad, a través del análisis del contexto de cada municipio de Caldas para impactar dependiendo de sus necesidades".
Hogares sustitutos
"Somos operadores del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en todo Caldas, eso a través de los Hogares Sustitutos que tienen niños que deben recibir cuidados especiales. Tenemos unos 430 niños en todo el territorio caldense".
El futuro
En la década actual, el Ceder tiene presupuestado el fortalecimiento y la adquisición de tecnología de punta, esto para poder brindarle a la comunidad nuevas posibilidades de trabajo.
"Soñamos con ser una institución referente en lo nacional, en todo lo que es inclusión social. Queremos, a futuro, construir un centro de atención integral al adulto mayor, especial para personas de clase media. Este se haría realidad en el lote contiguo a nuestra sede propia, en 2 mil 850 metros", concluyó.
Habilitados
En el Ceder se prestan servicios de medicina general, fisioterapia, fonoaudiología, terapia ocupacional, ortopedia, psicología, psiquiatría, medicina laboral y fisiatría.
En historia
No siempre se llamó Ceder, antes se le conoció como el Instituto Audición, Voz y Lenguaje, que tuvo su primera sede en el Hospital Infantil, que fundó el médico Rafael Henao Toro. Tiempo después recibió el nombre que hoy tiene, tras fusionarse con otras entidades.
Su labor, que ya es reconocida en distintas partes del país, la han hecho merecedora de algunos reconocimientos. En 1975 recibió el Premio de Solidaridad, que le otorgó la Fundación Alejandro Ángel Arango. Y, en el 2001, llegó otra distinción: Premio Reina Sofía de Rehabilitación y de Integración, del Real Patronato sobre Discapacidad.
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