ANDRÉS RODELO
LA PATRIA | MANIZALES
Autoexamen
1. Valoración visual
- Párese delante de un espejo y observe sus senos. Fíjese en la textura, el pezón, la areola y el tamaño. Hay mujeres que tienen un seno más grande que otro, lo que es normal. Sin embargo, debe acudir al médico si existe una preocupación estética o si hay sospecha de enfermedad.
- Colóquese las manos en la cintura e inclínese un poco hacia atrás. Esto estira los músculos pectorales, que están detrás del tejido mamario. Cuando se tensan son evidentes lesiones que con los músculos relajados no se notan.
2. Palpación sentada
- Coloque la palma de la mano derecha detrás de la nuca, lo que expandirá la mama derecha hacia arriba y será más fácil de examinar. Pálpela con las yemas de tres dedos de la mano izquierda. Valore todo el tejido mamario, haga una presión inicial superficial y auméntela un grado para verificar el espesor del tejido mamario entre la piel y el músculo. Realice el mismo procedimiento para la mama izquierda.
- Palpe con más presión hacia las costillas y el tórax para descartar una lesión en profundidad y que no podría identificarse con un toque superficial.
- Lleve a cabo un movimiento circular suave con las yemas de tres dedos para examinar el contorno y definir una posible lesión. Recorra la piel suavemente, desplácese gradualmente de dos a tres centímetros hasta valorar todo el tejido mamario.
- Recuerde que el tejido mamario está en todo el tórax. En ocasiones, solo se palpa la parte voluminosa, pero el tejido está en cada seno desde la clavícula hasta la línea del sostén y desde el esternón hasta la axila.
- Toque detrás de la areola y el pezón, zona en donde aparecen con frecuencia lesiones benignas y cáncer. Igualmente, inspeccione las axilas, pues a veces la primera manifestación de alguna patología mamaria es inflamación o hinchazón de los ganglios axilares.
3. Palpación acostada
- Enrolle una toalla. Acuéstese sobre ella, de tal forma que esta quede en la parte media de su espalda. La función que cumple: tensar los músculos. Este cambio de postura manifiesta algo que no pudo detectarse durante la palpación sentada. Haga el mismo procedimiento explicado en el segundo punto.
Frecuencia
- Autoexamen: una vez al mes después de los 18 años. Realizarlo tras el periodo menstrual, cuando los senos no están congestionados. Las mujeres ya en menopausia o que no menstrúan por alguna condición médica deben escoger una fecha del calendario para el autoexamen.
- Examen clínico: consulta ginecológica que debe realizarse después de los 30, cada año.
- Mamografía: después de los 50, cada dos años.
No confiarse si no percibe nada durante el autoexamen, mucho menos si el médico le dice que está bien luego del examen clínico y de la mamografía. Respetar los tiempo de cada diagnóstico. Una lesión puede aparecer en cualquier momento.
Señales de alerta
Consulte al médico de inmediato si presenta:
1. Secreción espontánea con sangre.
2. Costras y descamación del pezón y la areola que no mejoran luego de tratamientos.
3. Cambio de color en la piel sin antecedentes de trauma cercano.
4. Pezones que se hunden. Hay mujeres que los han tenido así siempre, lo que es normal. Pero si se invierten y no estaban así debe consultarse al médico.
5. Palpar masa. Podría ser benigna o cáncer.
Pilas
“A veces, las mujeres esperan a que les duela o que ocurran síntomas graves. Realmente, casi todos los tumores no dolerán, incluido el de seno, así tenga dos o tres centímetros. De allí la importancia del autoexamen”, José Wilder Maecha, médico general de la Liga Contra el Cáncer seccional Caldas.
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