Según el Ministerio de Salud, 60 % de los agentes infecciosos que afectan los humanos son zoonóticos, es decir, trasmitidas de animales a seres humanos, y 75% de las enfermedades humanas emergentes tienen origen animal (como ocurre con la rabia, la brucelosis, el ántrax, la influenza aviar, la tuberculosis bovina, entre otras), por eso es muy importante atender la salud tanto de mascotas como de animales de producción.
Los humanos pueden contagiarse de este tipo de enfermedades, a través de secreciones y/o deposiciones. En algunas ocasiones, las infecciones son transmitidas por artrópodos como garrapatas, pulgas, ácaros, etc. Las enfermedades zoonóticas son 45% de origen viral, 28% bacteriano, 20% parasitario y el 7% son producidas por agentes micóticos.
La seriedad de la infección depende del tipo de agente, la vía de ingreso, la edad y el estado inmunológico de la persona. Los más propensos son los niños y adultos mayores, así como personas que carecen de los cuidados sanitarios e higiene personal adecuados, personas inmunodeprimidas de diverso origen que han tenido un trasplante, pacientes oncológicos o con tratamiento esteroidal crónico, infección por VIH avanzada, así como los dueños de mascotas que no acostumbran a desparasitarlas y/o llevarlas periódicamente al veterinario.
Por parásitos
- Parasitosis intestinales. Tenia (dipilidium caninum). Los animales las adquieren por la ingestión de huevos en heces infectadas. Cuando un humano la ingiere accidentalmente, se puede convertir en larva dentro del organismo, migrar por el cuerpo y generar quistes oculares. Puede producir también lesiones de piel, prurito, diarrea y vómito. Es importante contar con un buen plan de desparasitación para que no haya transmisión cuando se recogen las heces de los animales o se besa a la mascota.
- Erlichiosis canina. Es transmitida por garrapatas y puede producir anemia, baja de plaquetas, fiebres y malestar general en humanos. En el caso de mascotas infectadas, puede llevarlas hasta la muerte, en el caso del humano los síntomas son similares a los asociados a un dengue.
- Sarna. Es transmitida por un ácaro, los animales que padecen la enfermedad la pueden transmitir por contacto. Produce lesiones en piel, inflamación, dolor y en algunos casos pérdida de pelo.
- Leismaniasis. Es transmitida por vectores -mosquitos-, se puede presentar de dos formas: lesiones de piel o lesiones de órganos. La clave es la prevención, pues la cura es de difícil manejo, un animal infectado en contacto con un mosquito puede infectar a un ser humano.
- Babesiosis o piroplasmosis. Se trata de una protozoosis hemática transmitida por las garrapatas, que afecta los glóbulos rojos de los perros. Se caracteriza por fiebre, anemia, ictericia, pérdida de apetito, y puede comprometer la vida del animal.
- Anaplasmósis. Esta enfermedad ataca los glóbulos blancos y plaquetas de los perros ocasionando problemas inespecíficos como fiebre, debilidad y falta de apetito. Puede provocar también pequeñas hemorragias o un cuadro severo de anemia infecciosa.
- Infección por Rickettsias. Las rickettsias normalmente viven en ácaros, garrapatas, pulgas. Pueden causar fiebre, erupción cutánea y aunque suele pasar desapercibida, puede generar lesiones graves en diferentes órganos.
Virales
- Rabia. Es producida por un virus que el animal adquiere y se transmite mediante la saliva y puede producir los mismos síntomas tanto en humanos que en animales. La manera de prevenirla es realizar inmunizaciones según el plan del veterinario. No hay una cura para esta enfermedad, por eso la prevención es fundamental.
Bacterianas
- Enfermedad de Lyme. Es transmitida por garrapatas y produce síntomas similares a la Erlichiosis pero más severos. La enfermedad de Lyme puede causar uno o más de los siguientes síntomas: erupción cutánea en forma de círculo llamada eritema migrans que comienza a ampliarse, fiebre, dolores musculares y de las articulaciones, dolor de cabeza, escalofríos, fatiga, ganglios linfáticos inflamados, son los más comunes.
- Bartonellosis. Según estudios, más de ocho especies de esta bacteria se han identificado como causantes de problemas de corazón (endocarditis, miocarditis), hígado (hepatitis) o problemas respiratorios (rinitis).
- Toxoplasmosis. En el caso de la mujer embarazada representa un grave peligro tanto para ella como para el feto. Por otra parte, está la giardiasis y coccidiosis (parásitos microscópicos unicelulares) que producen problemas digestivos y se convierten en una amenaza más grave aún, para pacientes inmunosuprimidos como los que padecen VIH o personas de la tercera edad.
Recomendaciones
- Lave constantemente sus manos con agua y jabón, si en su vida diaria está en permanente compañía de animales.
- Visite regularmente al veterinario (en caso de perros y gatos, mínimo tres veces al año).
- Este atento al plan de vacunación, desparasitación y alimentación sugerido por el médico veterinario.
- Establezca la frecuencia de baños que necesitan los animales con el veterinario.
- Preocúpese porque su mascota cuente con espacios amplios para que pueda desenvolverse de manera libre.
- Esté pendiente de la hidratación y nutrición.
- Sea responsable con el medio ambiente y recoja los desechos.
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