B. Eugenia Giraldo
LA PATRIA | MANIZALES
De la A a la E, así se tipifica la hepatitis. Todos causan enfermedades hepáticas, pero se distinguen por varios rasgos importantes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que a través del uso de jeringas, la hepatitis causa tantas muertes como la tuberculosis y más que el sida, pero la diferencia es que las muertes por estas dos infecciones han disminuido mientras que las provocadas por la hepatitis van en aumento.
El problema es que en el mejor de los escenarios solo el 10% de personas que la sufre lo sabe y recibe tratamiento.
La OMS documentó que la hepatitis A y la E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados, mientas que las B, C y D se producen de ordinario por el contacto con fluidos corporales infectados.
La del tipo A tiene vacuna y no se hace crónica y la E se puede presentar en las embarazadas.
La médica internista y especialista en infectología Karen Ordóñez aseguró que con las hepatitis hay unas que son agudas y otras (B y C) que en algunos casos evolucionan a una infección crónica por alteraciones en el sistema inmune o por el tipo de virus. En estas, dijo que los pacientes pueden presentar complicaciones como cirrosis o cáncer de hígado, aunque precisó que sucede más en la C.
Sobre la B, añadió que es una enfermedad de trasmisión sexual para la que también hay vacuna, pero el tratamiento no cura.
Añadió que también se da por transfusiones y según dijo, de acuerdo con un estudio en el Instituto Cancerolódico de paciente a paciente se podía trasmitir, aunque no es común.
Aseguró que la hepatitis B tiene tratamiento, pero no cura, porque es más difícil y el virus se puede activar.
Respecto a la C, dijo que es más compleja y no tiene vacuna. “Se trasmite por transfusiones y por el uso de agujas compartidas en pacientes que utilizan drogas endovenosas”.
También llamó la atención sobre los tatuajes, piercings y mesoterapias cuando se utilizan técnicas inadecuadas.
Un problema que plantea el virus es que no causa síntomas y la enfermedad sigue su evolución hasta que ya es demasiado tarde para actuar. “La ventaja”, agrega, es que con medicamentos tiene cura cercana al ciento por ciento.
Con la B y la C, el paciente no puede donar sangre. Un reporte de la OMS se enfoca en las hepatitis B y C, que son responsables del 96% de todas las muertes. De acuerdo con el estudio, en el 2015 unos 257 millones de personas vivían con hepatitis B crónica y 71 millones con hepatitis C crónica, para un total de 328 millones.
De acuerdo con el infectólogo y especialista en medicina tropical Carlos Pérez, con respecto al tipo C u otras infecciones las personas tienen informaciones erróneas. “Por ejemplo, que para estar enfermo del hígado hay que estar amarillo o se le pelan las manos. Todas estas ideas falaces hacen que se distraiga y se retarde un diagnóstico”.
Recalcó que la hepatitis C lo que menos produce es ictericia y solo 2 de 10 personas la presentan. Para las demás, los síntomas son inespecíficos. El principal es el dolor articular, sensación de cansancio, depresión, alteraciones cognitivas, olvidos, adelgazamiento, y se relaciona con enfermedades como la vasculitis o el linfoma.
Pérez recalcó que hay dos cosas que las personas deben hacer para conocer si tienen hepatitis C: evaluar si le han practicado un procedimiento poco seguro y estar atento a las señales.
“Esta es una enfermedad que tiene tratamiento y cura, pero no hay pacientes, porque no hay mucho diagnóstico”, concluyó.
El ministerio de Salud, Alejandro Gaviria, anunció la semana pasada que Colombia se inscribió en un mecanismo de compras de la Organización Panamericana de la Salud que permitirá que se reduzca en un 80 % el precio de los fármacos contra la hepatitis C.
Se incluyeron dos tratamientos para la hepatitis C: el que combina Daklinza y Sovaldi y el de Harvoni, que bajarán aproximadamente en un 80% con respecto al precio original.
La efectividad de estos modernos antivirales, según detalló el ministro Gaviria, es del 94% y su administración podría satisfacer el 85% de las necesidades de tratamiento de la hepatitis C en el país.
Se calcula que unos 400 mil colombianos tienen el virus de la hepatitis C y unos 60 mil requerirán tratamientos entre el 2017 y el 2030.
La hepatitis B requiere un tratamiento de por vida, mientras que la de tipo C puede curarse en tres meses gracias a un tratamiento relativamente reciente.
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La OMS enfatizó la importancia de la prevención, en particular mediante el uso seguro de inyectables, que junto con otras intervenciones médicas -como cirugías- y tratamientos dentales son las principales vías de transmisión de la hepatitis.
Cada año se aplican 16 mil millones de inyecciones en el mundo, lo que lo convierte en el tratamiento médico invasivo más extendido, por lo cual reducir los riesgos vinculados a él puede dar rápidos resultados.
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En el caso de los tipos B y C hay que tomar medidas de protección en relaciones sexuales de riesgo y con drogas intravenosas.
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En cuanto a la hepatitis A hay que tener precaución con el lavado de manos, no comer en la calle y no tener contacto con personas que tengan algún tipo de infección por hepatitis sin cuidados.
--P
El 20% de casos de hepatitis ocurren por el uso de jeringas infectadas por toxicómanos.
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