ALEXANDRA SERNA
LA PATRIA | MANIZALES
"Seguro pierdo el año, pues llevo seis materias perdidas. Antes era buen estudiante, pero me volví perezoso, tuve problemas en mi casa, y en décimo vi materias nuevas, muy difíciles, como química y trigo. Tampoco tengo afán de graduarme, pues no sé qué voy a estudiar luego".
Este testimonio de un estudiante del colegio San Jorge, que acababa de presentar ayer una recuperación, refleja los diferentes contextos que señala el Observatorio de la Calidad de la Educación en el Informe Estadístico 2011 para explicar aumentos en los índices de reprobación, deserción y repitencia entre 2009 y 2011 en Manizales. Los aspectos sociales, familiares e individuales inciden para que los escolares pierdan el año o abandonen las aulas a medio camino.
Las cifras de este año se conocerán en 2013, pues en algunas instituciones hay recuperaciones en enero. No obstante, el análisis del Observatorio permite ver una tendencia en la que los estudiantes de secundaria (6º a 9º), tanto en colegios oficiales como privados, son los que más reprueban y repiten años. Les siguen los de media (10º y 11º), pero solo en las instituciones públicas (ver infográfico Indicadores educativos).
La próxima semana los estudiantes de los centros educativos oficiales podrán recuperar las asignaturas pendientes. Ayer salieron a vacaciones los de mejor rendimiento académico. La mayoría de colegios privados ya realizó la semana de refuerzo y sus estudiantes disfrutan del receso.
José Marino Gallego, rector del Gimnasio Campestre La Consolata (privado) y presidente de la asociación de colegios católicos Conaced, hace hincapié en que la aplicación del Decreto 1290 de 2009, en remplazo del Decreto 0230 de 2002, causó que más estudiantes pierdan el año. "El anterior decreto fijaba que en una institución podía reprobar máximo el 5% de la población, pero la nueva norma quitó el tope y le dio libertad a cada colegio para que estableciera su propio sistema de evaluación".
María Aracelly López, secretaria de Educación Municipal, agrega que el anterior sistema era más flexible y menos exigente, por lo que fácilmente los estudiantes pasaban de un grado a otro. "El nuevo decreto tampoco debe llevarse a los extremos, porque el objetivo es lograr un mayor éxito escolar".
En el colegio San Jorge (oficial), por ejemplo, unos 100 estudiantes perdieron el año en 2011, de mil 350 matriculados, mientras que antes, con el Decreto 1290, no pasaban de los 50. Risdary Vásquez, coordinadora académica, explica que los que reprueban tres asignaturas no son promovidos al grado siguiente, los que pierden dos materias pueden recuperarlas y pasar el año. Con una asignatura perdida aún hay posibilidad de ganarlo. Agrega que no solo evalúan lo intelectual, también la actitud y lo que ellos mismos ponderan.
"La mortalidad académica en las aulas ha incrementado principalmente por la falta de acompañamiento en los hogares", afirma Vásquez. Expone que en primaria los papás se preocupan por sus hijos, hasta les llevan las tareas al colegio, pero que en bachillerato los "dejan solos, creyendo que ellos son autosuficientes".
El rector de La Consolata asegura que ese factor, relacionado con la descomposición familiar, influye definitivamente en los índices de reprobación de los colegios privados, y no las variables económicas o de desnutrición que pueden incidir más en los oficiales.
Brahian Steven Sánchez, estudiante del colegio Fe y Alegría La Paz (oficial), dice que perdió un año por pereza, como el alumno del San Jorge. En 2012 repitió 9º y ayer le confirmaron que pasó satisfactoriamente a 10º. Estaba feliz. "Uno sienta cabeza. Mi mamá me insistió mucho que estudiara y le hice caso. Estuve más dedicado, dejé a un lado la vagancia". En otras palabras, estuvo motivado.
La religiosa Juani Torres, rectora de ese colegio, también reconoce que "los papás son despreocupados" cuando sus hijos están en bachillerato, que sumado a la transición de la niñez a la adolescencia hace más difícil el éxito escolar. No obstante, "la clave está en la formación con valores y en que los estudiantes tengan claro su proyecto de vida, especialmente en 10º y 11º".
La rectora indica que hay cambios bruscos que afectan el rendimiento académico de los escolares, propios del sistema educativo, como el paso de 5º a 6º, pues aparte de que es mayor la complejidad de lo que se enseña, hay más docentes. En primaria hay un docente por grupo, al menos para las materias básicas.
"Cómo se van a motivar los estudiantes, si hay otras distracciones, como las redes sociales. Cada rato veo a mis compañeros que en vez de hacer las tareas, se la pasan mirando el computador o el celular, a mí me pasa", admite Juan Manuel López, personero de Fe y Alegría La Paz.
De ahí que la actitud del estudiante sea fundamental. "Puede tener la mejor familia, estar en el mejor colegio, pero si no entiende que nadie más podrá estudiar por él, será muy difícil que avance", sentencia el rector de La Consolata.
"Si un niño pierde el año, también lo pierde el maestro", subraya la secretaria de Educación. Esto hace pensar que la reprobación y la repitencia también se deben a problemas en la pedagogía de los docentes, aunque en últimas tampoco podría eximirse de responsabilidad a las escuelas normales, a las universidades que forman el recurso humano y al mismo Estado.
Gustavo Arias, investigador de la Universidad Católica y representante de las facultades de educación ante la Junta asesora en políticas educativas, plantea que parte del fracaso escolar se origina en que el docente ha olvidado su papel. "Los niños se ven insatisfechos porque los maestros no alcanzamos a reconocer por qué y para qué enseñamos historia, ciencia, química, es decir, qué sentido tienen esos conocimientos para su vida". Sostiene que el maestro está para acompañar a los alumnos, para entender primero por qué no tiene X o Y conocimiento y desarrollar estrategias que los nivelen. "Claro, con el apoyo de la familia", insiste.
La secretaria dice que llaman la atención constantemente a las instituciones para que perfeccionen sus modelos pedagógicos y sistemas de evaluación, pero que la Unidad de Calidad del despacho requiere más personal para realizar la asistencia técnica. "Una vez tengamos las cifras consolidadas de este año, estudiaremos a fondo las causas para intervenir".
Cualquier tipo de intervención tendrá que generar, ante todo, compromiso del mismo estudiante, de su familia, de los docentes y de los mismos directivos para que sea efectiva. Parafraseando a la funcionaria: "si un niño gana el año, también lo gana el maestro, la familia, la escuela y el Estado".
Los estudiantes de los colegios de Calendario B salen a vacaciones a mitad de diciembre. Terminan el año lectivo en el primer semestre de 2013.
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