MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Un pulso de fuerzas opuestas vivirá hoy Colombia por primera vez en segunda vuelta presidencial. Gustavo Petro Urrego, de la izquierda, e Iván Duque Márquez, de la derecha.
Un antecedente es el del 28 de mayo del 2006. Las dos corrientes estuvieron frente a frente con Carlos Gaviria Díaz, por el Polo Democrático Alternativo, y Álvaro Uribe Vélez, por Primero Colombia; pero el ingrediente que hace único lo de hoy es que hace 12 años era una elección en primera vuelta y estaban en contienda siete candidatos.
Úribe arrasó con 7 millones 397 mil 835 votos (62,35% de los votos válidos) y por eso no se convocó a segunda vuelta.
Ahora, las campañas de Duque y de Petro fueron subiendo el grado de controversia. En la primera vuelta del pasado 27 de mayo el primero obtuvo 7 millones 569 mil 693 votos (39,14%) y el segundo 4 millones 851 mil 254 (25,08%), por eso se fueron hoy a segunda vuelta.
Solo en campaña
El politólogo Diego Cediel, profesor de ciencias políticas de la Universidad de La Sabana, recordó lo del 2006, cuando también se sintetizaba una división ideológica en las urnas, pero en la actualidad hay circunstancias de relevancia como el acuerdo de paz y las figuras retóricas de Venezuela o del regreso a la guerra.
"Esto profundiza y marca la división entre izquierda y derecha. Se vio reflejado en la plaza pública, en los discursos, en las campañas para captar simpatías, dirigidas a pasiones de carácter más anímico que racional. Esas licencias se permiten en campaña, pero después, en el gobierno, es otro asunto", aseguró Cediel.
Por eso no cree que el país esté polarizado. "El debate y las discusiones son muy ásperas y en ocasiones muy emotivas y pasionales, pero cómo va a estar polarizado si en las elecciones legislativas, del 11 de marzo, casi 7 de 10 fuerzas políticas tuvieron opción real de poder y ocuparán un escaño en el Congreso".
Dijo que por la experiencia republicana y democrática en Colombia, los resultados se van a aceptar sin que ninguna campaña salga a desconocerlos. Eso sí, dependiendo de la diferencia. Si es de solo dos puntos porcentuales, las sospechas estarán a la orden del día, pero si es de 10 o 15 puntos será casi indiscutible.
Cediel atribuyó la llamada polarización a la opinión y a cierto sector poderoso del debate público y de los medios, que han mostrado un proyecto de país agenciado a la derecha y otro a la izquierda.
En todo el mundo
El comunicador social, filósofo y escritor Enrique Serrano, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario,
coincidió con que no hay polarización por tratarse de derechas y de izquierdas. Dijo que más bien hay es un cambio en la estructura política colombiana, que se refleja en posiciones ideológicas más explícitas.
"Hace 12 años no había una izquierda con el perfil de hoy. Ya tiene un recorrido político mayor, y aunque no está muy consolidada y Petro no es el candidato que mejor la representa, está en segunda vuelta. Es muy probablemente que esta siga siendo la lógica de las elecciones en el futuro del país".
Recalcó que la presencia de fuerzas contrarias se parece a lo que ocurre en todo el mundo. "Esto en realidad no es polarización, es el enfrentamiento explícito de orden ideológico que otros países empezaron antes que nosotros".
Sin embargo, planteó que no será fácil después de hoy para un país de raigambre conservadora. Una extrema izquierda relacionada con efectos negativos que fracasaron en sus metas, y una derecha, que aunque moderada y no de extrema, está relacionada con el regreso a la guerra, a políticas neoliberales.
Si será bueno que gane la izquierda o la derecha política del país solo se sabrá el 7 de agosto del 2022, cuando quien triunfe hoy esté entregando el poder.
Ana María Olaya, directora del programa de Economía y Finanzas Internacionales en la Universidad de La Sabana, manifestó que hay una corriente de izquierda que ha traído un mal impacto económico en Venezuela, Argentina, Brasil Bolivía, Ecuador y Nicaragua. "Si Petro implementa esta política económica hará que la inversión extranjera se frene y probablemente las calificadoras de riesgo nos quiten la calificación de inversión. Por el lado de Duque no veo las cosas tan positivas. Si tumba el acuerdo de paz y no logra uno nuevo, también habrá gran incertidumbre, freno en la inversión extranjera y baja en la calificación. Sea el que quede, es posible que se pare la inversión por un tiempo".
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