MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
En un extremo del cuadrilátero y con pantaloneta verde, el exsenador Mauricio Lizcano Arango, representando al Partido de la U. Al otro extremo y de pantaloneta roja, el senador del Partido Liberal Mario Alberto Castaño Pérez. Una pelea casada desde hace por lo menos cinco años, cuando ambos fueron compañeros en el Congreso de la República.
Cada púgil cuenta con destrezas políticas y se han dado levemente con la opinión durante este tiempo, pero el golpe bajo lo dio Lizcano Arango el miércoles en la tarde con la publicación por sus redes sociales de un video en el que critica la forma de hacer política de Castaño Pérez y de Adriana Gutiérrez Jaramillo, jefe del Centro Democrático en Caldas.
Contra las cuerdas
Con la Plaza de Bolívar de fondo, Lizcano Arango afirma en el video que quiere enviar un mensaje sobre el futuro de la organización (la U), y que buscando tomar decisiones electorales y de hacer una alianza, consulta, entre otras personas, con Gutiérrez Jaramillo.
“Me atendió, pero entendí que tenía un compromiso político con el senador Mario Castaño. Le dije que yo sí tenía un límite en la política y era que con Mario Castaño ni con lo que él representa en el departamento me iba a unir. Ella no guardó ese secreto, se lo contó a Castaño quien me reclamó. Les escribí para darles mis argumentos, porque no es mi idea volverlos enemigos de la política”, asegura Lizcano.
Este púgil sigue intentando un nocaut y agrega: “No somos Mario Castaño, no nos identificamos con la política de Mario Castaño. Cada que digo esto, él dice que soy muy arrogante, pero no es así, tengo unos principios y valores que me impiden traspasar una línea. Me aliaré con la gente que sea buena, honrada, decente”.
De Gutiérrez, Lizcano señala que ella se unió a Castaño a pesar de haberlo criticado tanto en otras elecciones, y que traiciona todos los principios sobre los que alguna vez trabajaron juntos.
Suena la campana y termina el primer asalto de este enfrentamiento.
Derechazo
Para el segundo, sale hoy el senador Mario Castaño y sostiene que la política, más que nunca, debe hacerse desde aspectos constructivos y propositivos.
“Esa política tradicional de juzgamiento, solo con cálculos electorales, no es la que estamos interesados en promover. Caldas es un departamento muy pequeño para quedarse en una confrontación que ni siquiera es ideológica. Entiendo que me quieren hacer poseedor de la herencia de un Partido que tuvo dificultades hace 12 años en Caldas, y mi papel era transformarlo y ponerlo a la altura de lo que es la democracia, que es en lo que he gastado mis energías haciendo olvidar el pasado, fomentando nuevos liderazgos”.
El referí interviene, pero el púgil de pantaloneta roja continúa en su combate político. “Lizcano no puede pretender, de forma errónea, fijar la agenda de los demás partidos en Caldas. Cuando él nos invitaba a café y nos mandaba razones con terceros explorando posibilidades, entonces todos teníamos competencias enormes para ser sus aliados y cumplíamos los requisitos, y cuando encuentra que nadie quiere dejarse someter a sus imposiciones entonces ahí sí entra a descalificarnos. No nos va a dar cátedra de moral, ni nos vamos a dejar imponer la agenda política de su cuenta”.
El reloj está a punto de dar por finalizado el segundo asalto, el referí separa a los púgiles evitando el contacto cuerpo a cuerpo. Y casi sobre el tiempo Castaño remata: “No puede ser a través de la descalificación que se puede promover una alianza. Si en las alianzas se tiene que ser sumiso, conseguirse un jefe y obedecer, ahí es donde se equivoca”.
Vuelve a sonar la campana y cada uno a su esquina. Agua para refrescar a los contrincantes.
Lizcano responde
El encuentro está por terminar, solo con tres asaltos. Vienen rectos, curvos y mixtos, todos permitidos. El entrenador de Lizcano le hace señas y le aconseja mesura, porque el público está bastante agitado. Lizcano saca fuerza y ayer en la tarde vuelve a intentar dejar fuera de combate a Castaño.
“No quiero cuestionar la alianza entre el Centro Democrático y Mario Castaño, este es un país en el que hay libre asociación y cualquier persona se puede juntar con quien quiera. El problema de ellos es cómo explicarle a la opinión pública sus posiciones anteriores. No comparto la forma como Mario Castaño hace la política, he sido un crítico permanente de su actuación en el Congreso y en Caldas. Mi único interés es ponerle un límite moral a la política; hacer un llamado a que si hay una coalición dañina, los ciudadanos de bien nos juntemos para salvar el departamento y busquemos en consenso un nombre que le dé garantías. No tengo otra pretensión”.
Termina el enfrentamiento. No hay ganador.
Adriana Gutiérrez afirma que solo están trabajando por del departamento. “Hoy tenemos la apuesta concentrada en tener un candidato a la Gobernación que genere confianza, capacidad; que nos permita hacer realidad los proyectos y los sueños como el aeropuerto, las vías, el Puerto de Tribugá. Esa es nuestra meta. Todo lo demás son apreciaciones que respeto”.
Al preguntarle si ya tienen una alianza con el senador liberal Mario Castaño responde que lo que hay es un deseo enorme de un precandidato que quiere ser gobernador de Caldas, su hijo Camilo Gaviria Gutiérrez, con el apoyo del Centro Democrático y de los caldenses. “Él será el gobernador de Caldas, no el gobernador de un nicho de personas. Está encontrando apoyos de liberales, de conservadores, de Cambio Radical, del Partido de la U, del MIRA, de Justa y Libres. Es todo lo que ha pasado hasta hoy, no hay alianza firmada con nadie”.
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