MARGARET SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Los pendones se pautan en publicaciones de Instagram, algunos candidatos participan en debates, pero por Twitter, y otros transmiten en vivo por Facebook sus correrías en los municipios.
Las redes sociales son otra plataforma que los aspirantes al Congreso aprovechan para darse a conocer entre los electores, aunque las usen sin explorar las ventajas de la tecnología.
“Tristemente no se ha avanzado en el uso conceptual de estas redes para propósitos políticos. Sigue siendo una apuesta muy cosmética, una puesta en escena de los candidatos y muy poca exposición de ideas y argumentos. Quizás se refleja el pensamiento de las campañas de posicionar rostros, eslóganes, y no ideas más serias”, indica Víctor Solano, director de comunicación digital de la empresa estratégica y relaciones públicas Kreab Colombia.
Agrega que otros usan las redes para ser más reactivos, que propositivos, y aplican malas prácticas de marketing digital como participar en etiquetas que son tendencia para pegarse a ciertas conversaciones. “O siguen con la búsqueda artificiosa de números de seguidores para legitimar un respaldo en el terreno digital, lo que genera compra de bots (robot programado para hacer tareas repetitivas en internet) o retuits. Muy poco se cree en el crecimiento orgánico, de cuentas reales”, apunta Solano.
El experto sostiene que las redes sociales durante la campaña tienen que motivar a la conversación con los usuarios, una charla que sea fiel al pensamiento del candidato para que no se sienta que el que está detrás es el equipo de comunicaciones. “Las plataformas no son el fin, son el medio para llegar a la exposición de las ideas, a la recopilación de los pensamientos de sus electores. El corazón puede ser el sitio web de la campaña donde el usuario encuentre más recursos para informarse y no sienta que solo está votando por una cuenta de Twitter”.
Impacto
Sobre qué tanto afectan los seguidores falsos las campañas, Alicia Peñaranda, consultora del Centro de Análisis Político de la Universidad Eafit de Medellín, en entrevista con El Colombiano explica que no es tal el impacto, porque la mayoría los tienen y no es fácil asegurar de dónde vienen, si es porque los compran o porque la oposición coadyuva.
En un perfil político pesan más las interacciones que el número de seguidores, y si bien aumentan la influencia, no todas son positivas para la imagen del candidato o propuesta de campaña, y por eso hay que evaluar el “sentimiento”.
Aunque las interacciones también se pueden comprar, generan más confianza en la percepción de un posible usuario o elector, e incluso, hacen que se apropie del mensaje, que es el fin último de una campaña política de redes exitosa.
Generalidades
* Facebook es a la que más prioridad le dan.
* Los candidatos que aspiran a repetir una curul o tuvieron un cargo público son los que tienen más seguidores y alcance.
* Los aspirantes aprovechan esta plataforma para mostrar visitas a comunidades, entrevistas en medios de comunicación, actividades de cierre de campaña, pensamientos sobre políticas actuales y participación en foros y debates.
* Hay cuentas de Twitter e Instagram con poco movimiento y publicaciones desactualizadas, lo que genera baja interacción, así tengan mayor número de seguidores.
* Según el tamaño de la campaña, se nota una inversión en el diseño de las publicaciones y la producción de videos, con el uso de recursos como drones. También en la inversión de pago de publicidad en redes.
* Algunos candidatos optaron por mostrar en fotos y videos cortos el apoyo de figuras públicas como deportistas, cantantes, líderes comunitarios, entre otros.
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