ANTONIO CABALLERO fue un portentoso columnista, por décadas. Escritor de quilates y dibujante político más que agudo. Magistral en el fondo y la forma, único. Fueron muy pocas las columnas suyas que no leí en los últimos veinte años. Nunca fue obvio, de alguna manera siempre era una sorpresa el tema que trataba y singular su aproximación. Escribió como escrupuloso anatomista, sus palabras penetraban en los eventos como André Latarjet y Jean Testut lo hacían en el cuerpo humano con su bisturí. En cada frase suya se condensaban toneladas de conocimiento e ilustración. Se le criticaba por ‘destructivo’, pero es que ese era su oficio, su responsabilidad como escritor: denunciar todo lo malsano, lo podrido, lo corrupto, el desorden y sin sentido en nuestra sociedad, bien fuera en Colombia o en el mundo entero. Revelar lo enfermo es el primer paso para transitar a la salud.
En los primeros años de lectura de Caballero centré mi atención en el contenido de sus columnas, hasta que una amiga que también lo leía, Pilar, me dijo que su estilo era impecable, su español perfecto. Ese día, hace15 años, me quité la venda de los ojos y comencé a observar, cada vez con una atención más obsesiva, su forma de escribir. La conclusión es que era el maestro de maestros. Y por muy distinto que uno escriba, temas que trate, énfasis que ponga, leer a Caballero es beber en la fuente de lo que debe ser el oficio. Hará una inmensa falta. Gran pesar sentimos sus lectores. Espero saldar pronto la deuda de leer sus libros ‘Sin Remedio’ y ‘Colombia y sus oligarquías’.
LARRY HARLOW fue uno de los pilares en la construcción del fenómeno musical y cultural de la Salsa, con mayúscula, en la Nueva York de finales de los 60 y toda la década de los 70. Era un judío-americano, que no hablaba español, hijo de músicos de conservatorio, de ópera y jazz. Aunque su ADN estaba para otra cosa, fue un gigante de la Salsa. De niño se educó en prestigiosas escuelas musicales, pero como tenía que caminar por el barrio latino para llegar a su casa, y de ese Spanish Harlem brotaban notas de mambo, chachachá, guaracha y son, quedó cautivado sin remedio. Lo cambió todo a sus 17 años, viajó a Cuba por un año a inocularse del sabor afrocaribeño, aprendió español, que siempre lo habló como gringo, y su vida entera fue Salsa. Harlow se hizo conocido como ‘El judío maravilloso’ y su obra fue prolífica. Aquí su más conocido tema: La Cartera. https://www.youtube.com/watch?v=r6QSuXjdBVQ&ab_channel=LarryHarlow-Topic
ADALBERTO ÁLVAREZ fue un gran músico cubano. En su Camagüey natal se educó en música clásica, pero pronto el son, ese sí en su genética, lo poseyó. La gran obra de Adalberto fue preservar rigurosamente el patrimonio del soy y al mismo tiempo llevarlo suavemente de la mano a través de los cambios que el paso del tiempo demandaba. Otro de sus legados fue establecer puentes entre la música que se estaba haciendo en los 70s y 80s en una Cuba aislada y la salsa de Nueva York y Puerto Rico, derribando grises muros que la geopolítica había establecido. Sus grupos ‘Son 14’ y ‘Adalberto y su Son’ tocaron la música cubana de manera celestial por 43 años. Cómo lamento nunca haber escuchado en vivo al ‘Caballero del Son’, pero me prometo buscar en La Habana a su grupo, pues su espíritu rondará el escenario. Los invito a escuchar ‘Son para un sonero’: https://www.youtube.com/watch?v=NqDV49ON4lc&ab_channel=GianniGarciaBarona
JOHNNY VENTURA fue conocido en República Dominicana como ‘El caballo mayor’ pues su fuerza y potencia eran evidentes en su presencia y su música. Un gigante del merengue y excelente intérprete de salsa y bolero. La historia del merengue dice que el tirano Trujillo entronizó este ritmo popular en toda la sociedad dominicana, pero con el detalle de que sus letras tenían que rendirle culto al dictador. Una vez muere este monstruo criminal, surge un merengue nuevo, descontaminado, y es Johnny Ventura su principal figura. Fue también un hombre de causas sociales y políticas, siempre libertario, lo que motivó que Joaquín Balaguer, heredero de Trujillo, ordenara su muerte, la cual el sicario no cumplió pues admiraba a Ventura y prefirió contarle. Fue congresista y alcalde de Santo Domingo.
Johnny Ventura hizo la mejor versión de la canción colombiana ‘Patacón pisao’: https://www.youtube.com/watch?v=myNwS0vJ25w&ab_channel=TocStudios. Cuánto me deleité con mi amigo Abraham escuchando esta canción en los 80.
Gracias infinitas a estos cuatro artistas que murieron en días pasados. Partieron a los 76, 82, 73 y 82 años respectivamente.
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