El maestro Guillermo Angulo celebró haber sido abuelo a los 90 años proponiendo una fórmula infalible para acabar con la guerra. Sabe de qué habla porque “lafar” lo tuvo secuestrado.
Pero veamos antes otras gracias del hombre que tiene a México por segunda patria:
Disfruta más cazando gazapos que descubriendo orquídeas.
El Brujo Fernando González comentó sobre su arte fotográfico: Pero…, menos pude pensar que Guillermo…, con su chiverita inocente…, su candor infantil… y su bondad de pan…, tuviera tan delicada y noble sensibilidad de artista… Y que fuera capaz de comunicarle tanto movimiento y expresión a su arte…
García Márquez le dio este secretico: “Ser buen escritor consiste en escribir una línea y obligar al lector a leer la siguiente”.
Tiene autografiado así el libro El otoño del Patriarca: “Si no te gusta el libro, me importa un carajo; si no te gusta la foto te vas a la mierda. Gabo”. La foto la tomó su hijo Gonzalo y el Nobel la considera la mejor que le hicieron. Lo muestra en su intimidad, descalzo, leyendo.
Morelia, su hermana, comentó de su exmarido el médico-guerrillero, Tulio Bayer: “Si es Bayer, no es bueno”. Otra hermana suya se casó con un italiano que no conocía por orden de su abuelo.
Mima orquídeas. Es un hacha en Aimé Bonpland, botánico francés. En mayo, Angulo hablará de ambos temas en el Parque Explora. Idolatra al ensayista mexicano Alfonso Reyes. Ama los frisoles.
Para mejorar su prontuario amoroso se casó con dama italiana, Vanna Bandestrini, llamada por Santiago García “princesa etrusca de rara calidad”.
Su tardía abuelidad le inspiró esta receta para acabar con la guerrilla sin disparar un tote: “Bombardear a los guerrilleros con escaques, caballos, reinas, reyes, alfiles, peones, torres; tableros de parqués y dados a la lata. Abandonarían ipso facto las armas y correrían a buscar los productos lúdicos”.
La pareja Angulo-Bandestrini se las apañó para amasar a Alessandro y a Paolo. Alessandro y Diana Camargo acaban de hacerlos abuelos de Martín.
Angulo, nacido el 9 de abril, hijo de don Luis Eduardo en la Negra Peláez, registró el acontecimiento con este despacho con orgía de aes:
Ahora arrepentido abobado -antes abúlico abuelo-, Angulo aparece afortunado, altamente abismado ante avalancha afectiva.
Alessandro, aptamente ayudado, anunció anhelado advenimiento aborigen, acaecido ahorita, acaparando amor. Augúrase al apenas adolescente ajiaco asegurado.
Abuelidad acontecida alegrándonos absolutamente. Abrumadores agradecimiento a amigos anunciándonos amistad al alza. Abuelo Angulo.
Semejante despacho ameritaba felicitaciones también en clave de a:
Ante apoteósico anuncio abuelo anoriseño acigüeñizaje Angulocamarguito: ¡alegría!, ¡alegría!, ¡alegría! Albricias. Aleluya. Avemaría. Asta, arriba.
Acrecentamiento angulismo aldea, anticipa amanecidas apabullantes Alessandro ayudar amada a amamantar.
Abuelos anonadados aportarán asesoría americano-europea.
Alebrestados admiradores angulato, auguramos, añoramos, advenimiento aborigen adicional, ala. Acaso Alá aporte afrodisiacos acicatear another Angulo acrecentar aplazada abuelidad autores años.
Acepten afortunados aportantes acatado advenedizo, asimismo abuelos apabullados, amén amigos alma aracataquense alado, alaridos aparatosos admiradores antioqueños,
Arrivederci, O y G.
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