Mario César Otálvaro


Mario César Otálvaro
@macotal
En estos días de tanto fútbol internacional, estando de por medio la selección Colombia sin James Rodríguez, y la Liga nuestra llegando a finales, Once Caldas se mueve entre líneas.
En defensa del goleador mundial en Brasil 2014, tremendo "papayazo" da Reynaldo Rueda al descartarlo sabiendo que no cuenta con uno de su clase, y la falta que hace.
Que ha jugado poco -muchas veces pasó- no es extraño en el combinado nacional, o revisen los partidos disputados por la mayoría que son suplentes en sus equipos.
Cada vez que James atendió una convocatoria rindió, independiente de su estado, o de su continuidad en campo, que ha sido escasa para ser honestos en los últimos tiempos.
Es el diferente -por encima de Cuadrado- y ese tipo de jugadores hay que incluirlos; no somos potencia para desechar talento.
Lamento -igualmente- el sentimiento expresado por tantos hinchas que lo defenestran, lo insultan, y lo quieren fuera de la Selección por la puerta de atrás.
Una costumbre muy colombiana, como ganamos 4 de 6 puntos y enrutamos la Eliminatoria, abriendo además con triunfo la Copa América "James ya no sirve, no es necesario, ni es influyente".
Hubo quienes dijeron en redes, lo único que hizo fue ser goleador de un mundial ¡lo único! qué tal, a ese punto llegamos con nuestros ídolos. Si Maradona hubiese sido colombiano...
En lo personal seguiré admirando a James, y haciendo fuerza por la Selección que ganó a Ecuador sin sobrarle nada, con ese plantel rarísimo que el técnico puso en cancha.
Soy partidario de las nóminas base, de los planteles con fichas puestas porque dan estructura, dejando entrever Rueda de que su objetivo es preparar un equipo, no pelear el torneo.
Lástima, porque los trofeos adornan los proyectos, endiosan a los técnicos, y son los que engrandecen, dan estatus, y brindan un lugar en la historia.
Sobre Once Caldas, y frente a la posición crítica de esta columna con relación al manejo empresarial de Tulio Castrillón por su austeridad y poca ambición, sorprendió la última movida.
El central uruguayo Mario Risso, 33 años, procedente de Plaza Colonia - cuadro con competencia internacional- alcanza a ilusionar por su pasado en Botafogo de Brasil, como campeón con Defensor Sporting, y por el subtítulo en Suramericana con Huracán.
Válido el esfuerzo, que no quiere decir suficiente, aunque en número son ya 6 caras nuevas en estas épocas de crisis.
Brayan Angulo es un volante interesante, de manejo, que suma experiencia en ligas pequeñas como Chipre y Letonia, y con recorrido por varios clubes del país.
Nicolás Palacios tuvo brillo en su paso por Tolima hace rato, Nicolás Giraldo alternó titularidad en el América campeón, y Félix Micolta y Jefferson Cuero ya vistos en la plaza, retornan con años encima que dan a entender que sus días felices pasaron.
Nombres poco rimbombantes, e inclusive por debajo de contrataciones en tramos de la era Bodhert, pero no hay para más por las circunstancias, ni la mentalidad de los que mandan.
Hasta la próxima...
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