Mario César Otálvaro
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Mario César Otálvaro
@macotal
La forma como se resolvieron los últimos partidos de Once Caldas son reflejo de la realidad, más allá de la positiva campaña en puntos y la ubicación en la tabla, y en el entendido de que es un proceso aventajado, con respuestas superiores a las presupuestadas.
La victoria sobre Pereira, con gol de penalti convertido por Juan David Pérez, y la derrota ante Millonarios por la misma vía, a través de Daniel Ruiz, estuvieron condicionadas por las fortalezas y las debilidades del equipo cumplidas 11 fechas de liga.
Prenda de garantía, la solidez defensiva, como en los viejos tiempos, partiendo de los zagueros Torijano y Córdoba, quienes han consolidado un control de alto vuelo, con el complemento de Cardona, puro corazón, y Murillo, un lateral con profunda salida.
El 4-2 en el esquema, sumando a los volantes Danovi y Mejía –o Guzmán– con el golero Ortiz impecable, se ha hecho muy fuerte, al punto de que Once Caldas es el segundo en la estadística de los que menos goles han recibido, siete en 11 encuentros.
Y si se quiere mirar el detalle, en cinco de los últimos siete juegos el arco quedó en cero.
Junior, Patriotas, Pasto, y Pereira en 180 minutos, no pudieron vulnerarlo. Solo América –doblete de Quintana– y Millonarios –desde los 11 pasos– lograron convertir.
En el argot futbolístico se dice que el trabajo defensivo es el idioma de los técnicos, y que el espejo de los entrenamientos es la manera como un plantel se para en zona de recuperación, lo que evidentemente indica la seguridad alcanzada en ese sentido.
Torijano-Córdoba evocan esas parejas históricas en el fondo: Molina-Casares, Rincón- Conde, Santoya-Murillo, Soto-Carabalí, Berdugo-Dangelo, Foronda-Villegas, Vanegas- Cataño, Vizcarrondo-Henríquez, y Lucena-Menosse. Y en ese listado, ninguna de los negros años recientes, con la gravedad de que algunos nombres ni siquiera se recuerdan.
Brayan Córdoba es hoy una de las figuras de Once Caldas, por talla, rapidez, fútbol aéreo y desplazamientos por su tranco largo, y junto a Él, Danovi Quiñones, ejemplo de tenacidad, entrega, guapeza y equilibrio, ambos menores de 22 años.
Lo preocupante está en el tercio ofensivo, pues si bien las cifras atrás son cerradas, arriba la producción es escasa, sin definición ni creación, con el perjuicio de que los refuerzos no dan la medida, y los protagonistas siguen siendo los del fracasado torneo anterior.
Mender, tras un exitoso arranque ha vuelto con torpezas, Quiñones está por pulirse –es una joya– Carreazo es utilitario aunque reclama demasiado, y Piedrahita, quien parecía la solución en armado ha bajado, y le está pegando horrible a la pelota parada.
Más que percepciones, realidades, y con base en esas mismas siete jornadas del análisis defensivo –y sacando los tres anotados al Pasto– en ataque la cuota es pobre con solo dos goles, Córdoba en la victoria sobre Junior, y de penalti, Pérez ante los azules.
P.D. Cinco tarjetas amarillas contra Millonarios, cuatro por protestar –Marlon, Guzmán, Carreazo y Ortiz– y pasa con frecuencia, se habla demasiado en cancha. El club de los ‘alegones’ sin ignorar que alguna vez Comesaña señaló que Once Caldas era el que menos tiempo dejaba jugar. Ojo profesor Corredor, esas prácticas no deben prosperar.
Hasta la próxima…
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