El papa Francisco al cerrar el Sínodo sobre la juventud pidió que el texto finalmente aprobado no fuera un documento más, sino un motor en los corazones de todos. Y en verdad lo que se busca es inspirar una nueva dinámica en la Iglesia, dándole un lugar más protagónico a los jóvenes. Ya en la visita del papa a Colombia había incentivado a los jóvenes a tomar un papel más dinámico.
Quisiera resaltar algunos puntos de dicho documento, los apartes son tomados de la Revista Nueva Vida, que ha dado a conocer parte del texto final que todavía no ha sido publicado oficialmente:
Sobre la desconexión Iglesia-Jóvenes, que puede ser una de las preocupaciones pastorales más importantes en casi todas las partes del mundo, el Sínodo es muy diciente al describir esa brecha tan grande debido a que los jóvenes no la consideran significativa: “El Sínodo es consciente de que un número consistente de jóvenes, por las razones más diferentes, no piden nada a la Iglesia porque no la consideran significativa para su existencia. Algunos, es más, piden expresamente ser dejados en paz, puesto que sienten su presencia como algo fastidioso e incluso irritante. Tal petición a menudo no nace de un desprecio acrítico e impulsivo, pero cuyas raíces se hunden en razones serias y respetables: los escándalos sexuales y económicos; la poca preparación de los ministros ordenados que no saben interceptar adecuadamente la sensibilidad de los jóvenes; la poca preparación de la homilía y en la presentación de la Palabra de Dios; el papel pasivo encomendado a los jóvenes dentro de la comunidad cristiana; la fatiga de la Iglesia a la hora de dar razón sobre las propias posiciones doctrinales y éticas frente a la sociedad contemporánea”.
El Sínodo quiere mayor participación de los jóvenes en la vida de la Iglesia y alerta sobre el autoritarismo y desconfianza de los adultos: “Los jóvenes son protagonistas de muchas actividades de la iglesia, en la que generosamente ofrecen su servicio, especialmente con la animación de la catequesis y la liturgia, el cuidado de los niños, voluntarios para los pobres. Incluso los movimientos, asociaciones y congregaciones religiosas ofrecen oportunidades a los jóvenes para el compromiso y la responsabilidad compartida. A veces, la disponibilidad de la juventud se encuentra con un cierto autoritarismo y la desconfianza de los adultos y los pastores que no reconocen suficientemente su creatividad y luchan para compartir responsabilidades”.
Mostrando un camino a seguir el Sínodo habla de la importancia del acompañamiento a los jóvenes, y no de dirección a los jóvenes: “El carisma del acompañamiento espiritual, incluso en la tradición, no está necesariamente ligada al ministerio ordenado. Hoy más que nunca existe la necesidad de líderes espirituales, padres y madres con una profunda experiencia de fe y de la humanidad y no solo intelectualmente preparado. El Sínodo espera que tenga lugar un descubrimiento en esta área también el gran generador de recursos de la vida consagrada, especialmente de las mujeres, y laicos, adultos y jóvenes, bien formados”.
Uno de los aspectos que más aleja a la juventud de la Iglesia es su postura sobre la sexualidad. El Sínodo lo trató así: “Hay temas relacionados con el cuerpo, la afectividad y la sexualidad que necesitan de una elaboración antropológica, teológica y pastoral más profunda. Entre estos emergen en particular los relacionados con la diferencia y la armonía entre la identidad masculina y femenina y todas las demás inclinaciones sexuales. En este sentido, el Sínodo reafirma que Dios ama a cada persona y la Iglesia renueva su compromiso contra toda discriminación y violencia sobre una base sexual”. Fue uno de los textos con menor consenso, pero fue aprobado.
Un nuevo aire a la presencia de los jóvenes en la Iglesia constituye este documento, que hizo gran énfasis en la importancia de la familia. Darle mayor oportunidad a los jóvenes, es abrirse a los movimientos del espíritu, al cambio y la renovación. Si la Iglesia continúa de espaldas a los jóvenes, muy posiblemente su sostenibilidad en el tiempo se pone en serio peligro. La transmisión de la fe necesita de personas concretas que la porten en su corazón. Las instituciones frías y apáticas para las nuevas generaciones sencillamente tenderán a desaparecer.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015