Las emociones son una fuerza muy grande en la psicología, mueven mucho al ser humano y en no pocas ocasiones generan estragos. En estos momentos de polarización política y social es muy importante evolucionar en el manejo de las emociones para que los choques y conflictos, que siempre se presentan y presentarán, no desencadenen círculos viciosos que terminen en violencia. Hay pues que evitar que las emociones nos jueguen una mala pasada.
¿Y cómo se pueden manejar las emociones? Primero que todo hay que decir que las emociones no son, como tales, buenas ni malas, sencillamente se experimentan, el punto es que ellas no pongan en marcha procesos excesivos o dañinos. Por ello es que hay que aprender a manejarlas. Tres consejos muy sencillos, pero poderosos, se los escuché a un terapista argentino.
La primera recomendación, es la de manejar bien la respiración y la postura. Las emociones se toman el cuerpo, y generan, cuando se está exaltado, un aumento de la velocidad y superficialidad de la respiración. Por ello, de entrada, es fundamental manejar el cuerpo y en particular la respiración, respirar profundamente. Este ejercicio es crucial para evitar que la emoción genere una respuesta reactiva o peor negativa. Retomar la respiración profunda, lenta y tomando conciencia del proceso, genera un dique muy importante para la resonancia de la emoción en el cuerpo.
La segunda herramienta tiene que ver con las ideas, palabras, verbalización que realizamos cuando sentimos algo fuerte. Pues bien la sugerencia es que no se utilicen palabras o giros prefabricados, ya utilizados en otras situaciones de estrés. ¿Por qué? Si dejamos que el cerebro actúe en “automático” y asocie una palabra ya utilizada en forma reiterada, será muy posible que el cuerpo recuerde el trauma o efecto generado en el pasado, y entrará a reforzar la nueva situación con la clave de lectura ya utilizada. Se debe tratar de ser mucho más concreto y particular al hecho particular, para hacerlo único y no meterlo en la bolsa vieja. Ayuda mucho utilizar palabras especiales y que describan lo que estás sintiendo y su contexto.
La tercera manera de manejar emociones es la de generar una nueva dinámica, trayendo a la memoria alguna situación gratificante de la vida. Si bien ésta más que transformar directamente la emoción, lo que propone es un cambio de canal, una especie de cambio de foco.
Las emociones nos generan mucha ansiedad, impulsada por los niveles de estrés. Y es en esas circunstancias es que el cuerpo genera el cortisol. Esta sustancia a la vez afecta el aparato inmunológico.
Así, pues, para que su cuerpo no reciba choques de cortisol, aprenda a manejar las emociones.
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