Luis F. Gómez


Los hechos y datos se comienzan a convertir en viento favorable para el futuro del país: la inflación disminuyó, las tasas de interés están bajando, los secuestros disminuyeron, los proyectos de infraestructura del país despegarán este año, el precio del petróleo por encima de 60 dólares, el salario mínimo subió por encima de la inflación y se espera que empuje la demanda, hay más niños y niñas en las escuelas y colegios. Hay muchos datos concretos y ciertos que muestran que las circunstancias para este 2018 están más favorables. Y es fundamental que le demos valor a esos hechos para que nos impulsen en el ánimo y empuje para asumir los retos de este año.
Uno de los énfasis que tuvieron muchos de los líderes mundiales con motivo del mensaje de nuevo año a sus países, fue la voz de esperanza. Desde el papa señaló que: “No apaguemos la esperanza en su corazón; no sofoquemos sus esperanzas de paz” refiriéndose a acoger a los migrantes. Pues bien, la clave está en nunca cerrar las puertas de la esperanza, siempre mantenerla abierta y de par en par.
A su vez el presidente Santos, quien con el sol a las espaldas inicia los últimos meses de su mandato, insistió en ver lo positivo. “Quiero pedirles, no por mí ni por el gobierno sino por ustedes y por nuestro querido país, que no se dejen llevar por el pesimismo, crean en Colombia y en un mejor futuro, en especial para tantos compatriotas que durante muchos años solo vivieron el miedo y la violencia. Vale la pena creer, vale la pena unirnos y trabajar por nuestro país”. La esperanza de trabajar por un futuro mejor posible.
Más allá de lo político, la mente positiva genera una dinámica virtuosa en el interior de cada persona y gracias a ello, tocan poco a poco a la sociedad que les circunda. Y este es el mejor aporte que se le puede hacer al país, y a nuestro futuro.
Uno de los grandes gurús del desarrollo personal, Darle Carnegie, decía: “Recuerda, la felicidad no depende de quien se es o de lo que se posee, depende exclusivamente de lo que uno piensa. Por lo tanto, empecemos cada nuevo día pensando en todas las cosas por las que debemos estar agradecidos. Nuestro futuro depende en gran medida de los pensamientos que tenemos hoy. Debemos tener pensamientos de esperanza, confianza, amor y éxito”.
Así, no dejemos que unas pocas aves de mal agüero nos dañen nuestro futuro. No podemos darle cuerda a los que como masoquistas patológicos o por intereses personales y políticos deciden hablar mal de todo y ver solo nubes en el horizonte. Tenemos mucho que agradecer en la vida y dejar de quejarnos y más bien de asumir con fuerza y decisión los retos que tenemos al frente. El futuro no nos lo podemos dejar arrebatar tan fácilmente. El futuro es de cada uno y cada uno es su constructor.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015