Luis F. Gómez


El movimiento social, que ha tomado una fuerza importante en distintos lugares del país, está expresando un gran dolor del país, de muchas personas. Pero esta movilización ha sido utilizada por los terroristas para vandalizar y generar el caos, generando una espiral de violencia escribiendo una página más de la dolorosa historia de violencia del país, atizada por una respuesta militar que ha impactado a la población civil generando mucho dolor y rabia en el país y ha sido particularmente resentida por los jóvenes. Mis estudiantes me dicen: “Ese puedo ser yo”, “debemos ser solidarios con los que no tienen nada”, “Nos duelen en el corazón los muertos de estos días”.
El grito de muchos colombianos y colombianas que están sufriendo desde siempre por la pobreza tan estructural en el país, pero muy agravada ahora por el golpe tan grande de la pandemia. Está en las estadísticas del Dane sobre el incremento de la pobreza en el último año. Más de 3 millones de nuevos pobres en el país. Los datos de Manizales son 51.130 más pobres; en Pereira, 78.114; y Armenia 33.461. Dentro de ellos en extrema pobreza aumentaron: En Manizales, 25.566; Pereira, 50.352; y Armenia, 28.419. Estos números son los que hoy componen los rostros de los nuevos sufrientes de nuestro país y región. Es una verdadera tragedia social.
Esta situación debe llevar a todos los actores sociales y evidentemente al Estado, a todos sus niveles, a pensar en soluciones mucho más generosas que las adoptadas hasta ahora. ¡Hay que multiplicarlas por 10! En efecto, en Manizales las ayudas del gobierno impidieron que la pobreza aumentara, pero en una pequeña proporción. Miremos los datos: en el año 2019 la pobreza monetaria era del 20,6%, una de la más bajas del país. Con la pandemia llegó a 32,4% es decir saltó en casi 12 puntos porcentuales, si no se hubieran hecho las ayudas extraordinarias de pandemia hubiera llegado al 33,5. Queda de manifiesto que esos 12 puntos hubieran podido ser 13,.1. Es por ello que decimos que las ayudas debieron ser diez veces más que el monto entregado por el Gobierno. Colombia no fue lo suficientemente generosa con los pobres, otros países sí fueron más magnánimos con los que estaban recibiendo más duro el golpe de la caída de sus ingresos. Estamos en deuda.
Hay que sentarse a buscar soluciones a la pobreza. Y la mejor solución se llama reactivación económica, pues es la solución más sostenible en el tiempo. Las ayudas hay que darlas, pero lo que sí puede ser más estable es que haya empleo. La respuesta a la agenda social que saldrá de las mesas del movimiento social será la invitación a una transformación. Hay que buscar que esa transformación pueda venir de una pronta y dinámica recuperación. Y ello podrá ser una realidad, cuando logremos avanzar mucho más en la vacunación. No olvidemos que seguimos en pandemia, que estamos en el tercer pico, que tenemos que enfrentarla para lograr la nueva normalidad. Así, que una buena dinámica de vacunación será un aporte decisivo para la reactivación.
Hay muchas agendas en este paro, su negociación será muy compleja. Habrá demandas que tendrán que ser respondidas a nivel nacional, pero otras, y seguramente muchas, a nivel local y regional. Y no todas podrá responderlas el Estado. Allí tendrán todos los actores sociales poner su granito de arena. El empresariado tiene un muy grande compromiso de responsabilidad social empresarial.
Frente a este grito de dolor, hay que sanar y hacerlo lo más pronto posible, es la respuesta que se debe dar a la protesta social. Mientras que hay que judicializar a los vándalos y terroristas.
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