Luis F. Gómez


Bancolombia organizó un proceso de formación en “Capitalismo consciente” para las cabezas de un poco más de un centenar de empresas del país y algunos de otros países centroamericanos donde tiene operación el banco. El foco del proceso formativo estaba en la responsabilidad social, en el mirar las empresas más allá de ser generadoras de empleo y riqueza que satisfacen necesidades de sus clientes. Con esta mirada más amplia se plantea que sean compañías que piensen en la sostenibilidad, y para ello es fundamental que sean conscientes de su relación con todos los grupos de interés, en una perspectiva, de conocerlos, reconocerlos, entenderlos, comprometerlos y finalmente co-crear valor compartido para la sociedad. Y lo que es más bello, que siguiendo propósitos superiores puedan convertirse en empresas sanadoras.
Uno de los empresarios al finalizar la formación nos señalaba que este proceso generaba una “nueva esperanza” en la construcción de un país de mayor bienestar para todos. Qué bueno que este grupo de empresarios pudieran replicar en sus empresas, en los gremios y en sus escenarios con sus grupos de interés o stakeholders. Este nuevo espíritu de un sector privado comprometido auténticamente con la sostenibilidad ambiental, económica y social, hay que avivarlo, mantenerlo, dejarlo que se desarrolle para bien de todos.
Con la adopción de estas buenas prácticas, Bancolombia da ejemplo de fina responsabilidad social empresarial (RSE) con este proceso formativo de alto nivel, que fue conducido por profesores de Harvard University, y que contó, además, con expertos en diversos temas y testimonios de empresarios que ya están viviendo altos niveles de consciencia en sus organizaciones. En efecto, este tipo de RSE es la que llama de afuera hacia adentro, que busca impactar el contexto competitivo, hacerlo más consciente y responsable nos servirá a todos como una gran oportunidad para darle a las organizaciones, empresas, instituciones, una vocación de servicio superior a la sociedad.
Juan Carlos Mora, presidente de Bancolombia, asumió una tarea que el Grupo Empresarial Antioqueño ha incorporado en su ADN, con personas como Nicanor Restrepo o Carlos Raúl Yepes: inspirar al empresariado nacional. Ahora que estamos viviendo las duras consecuencias de la pandemia del covid 19, de las olas de recesión económica y de profundas heridas sociales y personales, este tipo de iniciativas dan, como lo decía uno de los participantes, esperanza en el país. Es un momento en que debemos dar profundo significado a la vida, a las posibilidades de construir con los otros, a tener muy presente que el poder es para servir, integrar, potenciar.
Nuestra sociedad tiene muchas heridas, por la violencia padecida, las injusticias soportadas, las exclusiones impuestas, el machismo inculturado y los golpes recibidos. Hay muchos silencios en nuestros corazones, hay que dejar que ellos se expresen, para iniciar su sanación. Y lo interesante del proceso fue que empresarios con experiencia en cada tema dan su testimonio de cuidado del medio ambiente, de los grupos humanos, del medio ambiente… Sí es posible, no es mera teoría de unos profesores sabios de Harvard, sino una posibilidad real. Una posibilidad que podemos convertirla en realidad si asumimos con compromiso el capitalismo consciente.
Concebir a las empresas como elementos dinamizadores de la sanación, es llevarlas a hacer parte de la solución a la que nos invita el papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti, la fraternidad universal. Magnifico aporte del Bancolombia. Qué bueno que las grandes empresas cada una desde su lugar puedan hacer eco a esta inspiración.
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