Luis F. Gómez


El “centro” es mayoría en el país. En la última encuesta Polimétrica sobre instituciones, política, economía y sociedad, de Datos y Conceptos, arroja que la ubicación ideológica de las personas es mayoritariamente hacia el centro. Efectivamente, en el agrupamiento por tres niveles, el 53% aparece como de centro, el 24% como de derecha y finalmente, el 23% como de izquierda.
En el caso de Manizales los resultados, si bien conserva en mayoría el centro con un 63%, tiene una derecha con el 26% y una izquierda bien menguada del 10%. Es decir, que el centro seduce más en esta región y especialmente reduce a las personas ubicadas en la izquierda que la derecha.
El centro es casi constante en todas las segmentaciones por estudios, sin importar si se trata de solo bachilleres, o con carrera profesional o con maestrías y doctorados, en todos los segmentos el centro ideológico es seleccionado entre el 52% y 54% de los encuestados. Así, no se trata de estudios, sino de una posición más bien existencial la de centro. A su vez, por grupos de edad, el centro es seleccionado entre el 48% y 55% de los encuestados, el más bajo corresponde a las edades entre 36 Y 45 años. Pero de nuevo, es el más alto en todos los grupos de edades. Mientras que la izquierda tiene sus mayores números entre las personas con mayores títulos académicos y la derecha tiene su mayor presencia en aquellos grupos que tienen primaria y básica secundaria. En lo que tiene que ver con edades, la izquierda es más fuerte en los menores de 45 años, y la derecha es más fuerte en los mayores de esa edad.
Estos límites de izquierda, derecha y centro, no son tan fijos, hay mucha flexibilidad, mucha movilidad, no siempre están en el mismo lugar. Las narrativas de cada uno tienen sus matices, no siempre son iguales, aunque sean izquierdas, derechas y centros.
Si bien el centro puede ser una posición más como la izquierda y la derecha, especialmente cuando asume radicalmente su posición, puede convertirse en otro “extremo”. Pero también puede ser un puente entre derecha e izquierda. Estos resultados nos deben invitar a resaltar la importancia que puede tener una franja de centro en el país, y en general en democracia, pues tienden a generar consensos más amplios y a evitar que los extremos polaricen a las sociedades. El centro se convierte en una especie de balanza para que los extremos deban negociar sus posiciones, y se evite la polarización y los reduccionismos de los extremos.
A su vez, es muy importante que todo el espectro político-ideológico esté presente y tenga posibilidad de existencia. Que las distintas narrativas se puedan escuchar. Que puedan existir y expresarse con tranquilidad. Su presencia es una riqueza muy importante para la democracia. La pluralidad es un signo de vitalidad, de fecundidad y de vida.
En el fondo, que valores como la libertad y bien común se puedan en sociedad articular es una gran oportunidad para construir nuevas realidades en un país. Esa debe ser la tarea para una democracia con pluralidad.
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