En un acto desprovisto de morbo, quizás cándido, con total inocencia, y a la vez lleno de la adrenalina que da el saberse sobreviviente de un atentado, la bella Oriana no tuvo ningún empacho en levantar su camiseta para mostrar ante las cámaras de televisión la lesión causada por un perdigón disparado por la guardia bolivariana.
Y sí. Perfectamente pudo observarse el fuerte impacto recibido en su humanidad, que, de haber explotado, habría convertido a la chica de 23 años en una cifra más de los muchos muertos causados por la dictadura. Y la verdad sea dicha, ahí abajo del atroz hematoma, se vieron otras cosas…
“Soy Oriana Gutiérrez, de Barquisimeto, Estado de Lara. Estaba ayudando a una mujer desmayada bajo un camión. Me tiraron a matar. Me dieron en el pecho. Tuve la suerte que no explotó. No estaba tirando piedras. Estaba vistiendo una camiseta de paz”, y levanta repetidamente su prenda de vestir, exhibiendo así de nuevo el brutal golpe y además… aquello.
La imagen de inmediato se volvió viral. Miles corrieron a abrir el video para ver como los militares chavistas agredieron a la joven mujer, y otros miles para poder ver… sus atributos femeninos.
¡Pobre Oriana, estamos contigo!, fue el mensaje que en minutos había invadido ya las redes sociales. La noticia se expandió velozmente en Venezuela y en el mundo entero. Colombia no fue la excepción.
Aquí, el tino Asprilla, célebre por meter la pata, en el fútbol y en sus trinos, socarronamente escribió: “a Oriana que fue víctima de esta agresión de la guardia nacional bolivariana, la invito a recuperarse de sus heridas. Yo la cuidaré muy bien”.
El chiste no era para nada nuevo. Con motivo de la detención de la electa senadora Aída Merlano, señalada de comprar votos en Barranquilla, el Tino había publicado la foto de la dama con la siguiente leyenda: “si le van a dar la casa por cárcel, les ofrezco la mía”.
En otra ocasión, el desatino sale en un video, defendiendo a la Madame, conocida proxeneta de Cartagena, diciendo lo siguiente: “de corazón quiero que la suelten, por favor, está muy buena. Sin la Madame, Cholón (lugar de las Islas del Rosario) no es nada. Un poco de yates vacíos, no hay rumba. Piensen y verán, piensen un poquito, las desempleadas de la Madame, 400 niñas desempleadas, eso es mucha gallada”…. Y esa es mucha embarrada la del Tino, digo yo.
Así que, para tranquilidad de Oriana, no hay de qué preocuparse. Ella no conoce al personaje, pero nosotros aquí en Colombia sí que sabemos de él y de sus chanzas. En el fondo y quién lo creyera, puede servir a la causa.
Si en las primeras 24 horas de publicado el video y la exhibición del golpe y de “aquello”, ya más de 250.000 personas seguían a Oriana en su cuenta de Instagram, seguramente hoy, muchos miles más deben estar conociendo la brutalidad de un régimen que acude a disparar cobardemente a un cuerpo frágil como el de una mujer.
Y con certeza también el trino del Tino debe estar aumentando el número de descargas del video en YouTube y de seguidores en Instagram. De esta forma, muchas personas más en el mundo se deben estar enterando de la manera como el tirano actúa contra su pueblo. En verdad, aquí sí que cobra validez esa frase que dice que “más vale una imagen que 1.000 palabras.”
Quizás sin proponérselo, Oriana es desde ya un símbolo contra la dictadura. Cuando el régimen caiga, porque algún día tendrá que caer, esa imagen del atentado contra ella, tendrá un lugar destacado en el inventario de los atropellos cometidos por el déspota venezolano.
Frente a la censura contra la prensa mediante el permanente cierre de medios de comunicación, la clausura de emisoras, la persecución y expulsión de periodistas, providencialmente surgieron las redes sociales para comunicar todo lo que ocurre a diario en la sufrida nación petrolera.
El morbo y la socarronería visibles en las redes, como en este caso, resultaron ser aliados inesperados contra la tiranía. ¡Qué tal!
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