El Modelo de Ocupación del Territorio -MOT- en la planeación contemporánea busca definir la estrategia territorial que debe seguir un municipio en un periodo de tiempo determinado para garantizar la adecuada localización y distribución espacial de las actividades, preservando las condiciones ambientales que demanda una relación armónica entre la sociedad y la naturaleza. Es claro que el crecimiento y la expansión urbana están determinadas por un conjunto de variables ambientales, sin las cuales no podría garantizarse la vida misma. Quizás la más importante y determinante de todas ellas es el agua.
El declive, o en algunos casos la desaparición de varias ciudades en la antigüedad, estuvo determinado por el acceso a este vital líquido. Las lecciones que nos dieron ciudades tan importantes en Mesoamérica como Teotihuacán en épocas precolombinas o Tenochtitlán con la llegada de los españoles, nos llevan a pensar que estas primeras sociedades urbanas en América no dependían, ni de los dioses a los cuales se encomendaban, ni de la capacidad de organización de sus gobernantes. Dependían del agua. Las hipótesis más serias sobre la desaparición de Teotihuacán la atribuyen los científicos al agotamiento de los recursos naturales, especialmente los bosques circundantes, y como consecuencia de ello, al desecamiento de los lagos y ríos que les proveían del vital líquido. En Tenochtitlán, bastó que los españoles cortaran el suministro de agua a la ciudad para debilitar y luego aniquilar el imperio de Moctezuma.
Por eso, cuando analizo el MOT propuesto para Manizales en el POT que está en discusión, encuentro ideas interesantes pero carentes de jerarquía y organización. La visión propuesta no podría garantizarse si nuestro territorio no partiera de circunscribirse a la ordenación y manejo de la cuenca del río Chinchiná, en torno a la cual deberían girar las pretensiones de asociatividad subregional que actualmente se discuten. En el contexto municipal, el análisis de las condiciones ambientales del territorio nos llevaría a concluir que es urgente parar las tendencias de expansión hacia el norte y el oriente, comprometiendo cada vez más el equilibrio de nuestros frágiles ecosistemas, para reorientar el crecimiento hacia el sur-occidente, por donde están las verdaderas oportunidades para conectar a Manizales con los principales ejes del desarrollo regional y nacional a partir de la ampliación de la Autopista Medellín-Cali a doble calzada. Y en el contexto urbano, es necesario tomar un partido claro en torno al principal proyecto que debemos emprender, que en mi opinión debería ser, consolidar un sistema de tres centralidades urbanas (Centro Histórico, El Cable y La Enea) ligado estrechamente al proyecto Manizales Ciudad Universitaria, porque es a la postre, la actividad más dinámica actualmente y la de mayor proyección futura, en la perspectiva de llegar a ser “Ciudad del Conocimiento”. Cada centralidad debería ejercer la capacidad centrípeta y de polarización con las diferentes comunas, propugnando por un crecimiento polinuclear, concentrado y no disperso como viene sucediendo actualmente.
En este sentido propongo la siguiente visión para consolidar el MOT en la próxima vigencia del POT:
A 2029, Manizales será un municipio integrado al ordenamiento ambiental de la cuenca del río Chinchiná, a través del cual consolidará la subregión Centro-Sur de Caldas. Las tendencias de crecimiento y expansión se darán buscando conectarse con el principal eje de comunicación del occidente colombiano para fortalecer la Eco-región Eje Cafetero en el contexto nacional. A nivel urbano, consolidará las centralidades Centro Histórico, El Cable y La Enea en torno al proyecto Manizales Ciudad Universitaria como primer paso en la perspectiva de una ciudad del conocimiento. Estas centralidades promoverán su redensificación y su conectividad con las comunas, buscando poner límites al crecimiento hacia el norte mediante la consolidación de un corredor biológico que funcione como un gran eco-parque.
En torno a estas estrategias territoriales deberíamos definir los demás componentes estructurales del territorio, es decir, los sistemas de movilidad y espacio público, las áreas de reserva, conservación y protección del patrimonio histórico, cultural, arquitectónico y ambiental, la localización de actividades, infraestructuras y equipamientos, la clasificación del territorio en suelo urbano, rural y de expansión urbana, entre otros.
Lo que hoy se propone como MOT es un popurrí de ideas sin jerarquía, sin orden ni pretexto.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015