Se publicó el informe de la comisión que trabajó en el análisis de la inadecuada educación médica en Colombia, propiciada por la insostenible disociación entre los ministerios de Salud Pública y Protección Social y, Educación.
El documento trae recomendaciones para la transformación de ella. Los 14 miembros del comité presididos por Hernán Esguerra Villamizar, de la Academia Nacional de Medicina, con la presencia de representantes de los ministerios; de instituciones académicas; de asistencia en salud; universidades; entidades públicas y un estudiante de postgrado. Lamentablemente, entidades médicas gremiales no tuvieron vocería oficial y permanente.
Aunque tardío en consideración a las listas largas y antiguas, con los inconvenientes que afrontan los médicos en el ejercicio de su profesión, derivados de su preparación. Es oportuno, porque es imperativo que cada una de las 55 instituciones que enseñan medicina en el país, no todas forman médicos como es requerido, revisen todos sus programas académicos en los deficientes aspectos teóricos y prácticos. 
Varias cifras del informe llaman la atención: La población colombiana cuenta con 92 mil médicos, esta fuerza en salud representa el 32% de todos quienes conforman las 12 disciplinas, 2015, dedicadas profesionalmente (?) al sector y hacen parte del inventario de los recursos humanos en salud.
El país cuenta con 19 médicos y 12 enfermeras por cada 10 mil habitantes, cifra global que se modifica, como lo reconocen ellos, según cada repartición territorial. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es que los pueblos deben tener más de 25, cifra que debe ser validada, enfermeras y médicos por la misma proporción de pobladores. La gran excepción es Bogotá con 65.
Chocó, Vaupés y Vichada tienen los peores índices, alrededor de 6, por razones plenamente conocidas. Solo 5 departamentos tienen menos de 10 y 18 con menos de 20 médicos y enfermeras por 10 mil moradores. Ocho departamentos superan la cifra de 25: Risaralda, Quindío, Antioquia, Valle del Cauca, Santander, Atlántico y sorprendentemente: Meta y Cesar. Caldas no está en este grupo.
Salió a relucir un problema mal entendido pero sentido, cuando los pacientes exigen especialistas porque los médicos generales no les resuelven sus situaciones más esenciales, aquellos que suman el 90% de todas las enfermedades, que debieran estar en capacidad de atender y definir en el nivel primario.
Existen 21.000 médicos especializados: 3.084 internistas, 2.895 pediatras y 2.672 anestesiólogos, cifras que señalan una carencia selectiva y peligrosa.
Cada año egresan 5.000 médicos generales, sigue siendo una profesión muy apetecida, en su mayoría mujeres, con lo que se consolida la inversión de la pirámide de hace 30 años. ¿Mejor o peor? Sería un error responder con un alto grado de certeza y de ecuanimidad. Las condiciones para que las mujeres estudien y ejerzan medicina, y en general una profesión, han variado mucho. 
El informe expresa textualmente: Los médicos generales ingresan al mercado laboral con menores competencias prácticas. Ello ratifica, lo afirmado desde cuando se promulgaron las leyes 10 de 1990 y 100 de 1993. Las deficiencias han conducido, desafortunadamente, a la existencia de poblaciones mal atendidas. 
Consigna además que “El internado ha sido desfigurado”. Un eslabón en la formación médica que perdió hace tiempo su esencia formativa. Indica también que la limitación del ejercicio médico por las normas legales vigentes es otra causa de la carencia, evidente, de destrezas en los médicos generales.
Queda a la vera el análisis del mal denominado en la actualidad: Servicio Social Obligatorio, el cual ya no es año ni social ni obligatorio. Ellos proponen que sea voluntario y podría conducir a una especialidad. Una buena estrategia. 
Propone la comisión la creación del Consejo General de Educación Médica, con sus diferentes salas incluyendo las de postgrados y la de Desarrollo Profesional Permanente, que estudie todo lo relacionado con el tema y proponga las normas legales. 
Infortunadamente, trae sólo unos interesantes brochazos sobre el hospital universitario.
El importante documento completo debe ser analizado desprevenida y obligatoriamente por los interesados en la Educación Médica, y se deberían formar comisiones departamentales para emitir sus conceptos, respetando la autonomía universitaria. Es un tema que compete a todos los ciudadanos.