Acaba de terminar  la sesión 160 del Comité Ejecutivo de la Organización Panamericana de la Salud, OPS, realizada en Washington, sede central del organismo. Entre los diferentes asuntos tratados se hallaba el informe   de la Oficina de Ética, 2016.
Colombia estuvo representada por el señor Ministro Consejero, Representante Alterno ante la OEA.  El Comité es uno de los órganos de dirección superior de la OPS. 
La Oficina de Ética, fue creada en el 2006 con dos funciones importantes: De asesoría, a los funcionarios de la Organización en asuntos éticos y la segunda, de Investigación, la cual se realiza ante las presuntas faltas de  conducta, cuando existe la posibilidad de no haber guardado  y conservado los valores institucionales. 
Como lo expresa el informe,  la  Oficina busca promover un entorno de trabajo en el que se busca el respeto hacia los demás, la confianza, la integridad, la comunicación abierta y la tolerancia a diferentes culturas y opiniones.
Indudablemente en un organismo transnacional,  las personas sometidas  a un ordenamiento del comportamiento presentan  diversas conductas,   ante las diferentes acciones que tienen que realizar. La OPS, tiene la además la responsabilidad de respetar, estudiar y aplicar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, OMS.
La estructura de la Oficina, asegura la independencia frente a los funcionarios, lo que conduce a una labor libre de presiones internas con lo que se facilita su trabajo en beneficio de la entidad a través de acciones educativas preventivas para el mantenimiento de una reconocida respetabilidad.
Cuando se evidencia que la Oficina actúa como coordinadora  del Sistema de Asuntos de Integridad y Conflictos y hace la secretaría  del Comité Permanente de Protección de Recursos y Prevención de Pérdidas de la Organización, se identifica el alcance fundamental de su labor. 
Sin embargo, todo lo anterior puede quedar en simple texto pero la identificación de los motivos de las consultas de los funcionarios, trae a la realidad la importancia de la Oficina. El mayor número de consultas, 23%,  se refiere a las inquietudes sobre el lugar de trabajo, una afortunada conducta; empleo de familiares, una comedida acción; actividades y empleos externos, un comportamiento envidiable de pertenencia; participación en juntas directivas o asociaciones, un tributo a la independencia; aceptación de premios o regalos, una demostración inequívoca de lealtad; conflicto de intereses: un valor civil envidiable; y otras.
No fueron muchas  las consultas pero se obtuvo un índice  de 4.2% de funcionarios consultantes por año. Aquí lo importante no es la cantidad de inquietudes sino la disponibilidad para hacerlas y responderlas en bien todos. 
A ello se le agregaron  actividades de capacitación sobre Principios Éticos y Conducta, realizados en varios países de América.
Las 49 denuncias y estudios por faltas en la conducta, en contra de los 2.100 funcionarios fueron anónimas. De ellas, sólo 9 dieron lugar a investigaciones completas, menos del 0.5%,  a los funcionarios, caracterizados por haber pasado un estricto proceso de selección. 
Es importante mencionar que la Oficina ayudó a elaborar un curso virtual sobre el modo de preservar un lugar de trabajo saludable, para que todo funcionario reciba un trato digno y respetuoso. 
La palabra ética se ha hecho notoria. Es empleada sin límites bajo distintas intenciones, pero no debe ser utilizada para tranquilidad de conciencia sin que represente una verdadera conducta.
Lo importante es que reparticiones, Oficina,  solo asesoras sin mando, sean parte importante y efectiva de las instituciones, con un elevado grado de confianza y privacidad para que se recurra a ellas en busca de consejo imprescindible y útil. 
En Colombia un sinnúmero de instituciones tienen Códigos de Ética, los cuales son acatados por la inmensa mayoría de los funcionarios pero quedan resquicios por donde se presenta violación a la norma o simplemente se ignora y aun  infringiéndola no hay determinación real de  sanción porque se entra en un caos de diferente connotación  creado por la ausencia de criterios éticos de los funcionarios y se llega a un estado de permisibilidad de difícil manejo si hay ausencia de equidad y justicia.