Jorge Raad


Un niño pueblerino llegó a vivir en Manizales en el primer semestre de 1954. Ya conocía la capital de Caldas porque su padre lo traía periódicamente cuando debía cumplir diligencias de carácter comercial
Los viajes eran agradables por el cambio de ambiente a pesar de la lluvia, la neblina y el trayecto final del carro por el sector de Los Tejares, propicio al mareo y sus incómodas consecuencias; la visita al Almacén España con todas las delicias importadas; el almuerzo en el Hotel Europa o la Pensión Latina, con sus vajillas, tintineos y sabores diferentes; los juegos en medio de los bultos de cobijas y visitas a amigos como Assis Saddy o al tío José Licha.
El recuerdo del motivo principal por el cual la familia se desplazó fue la continuación de los estudios de los hijos.: Los amigos de los padres les ayudaron a definir el desplazamiento entre Armenia, Pereira o Manizales. Al final y afortunadamente se decidieron por la capital.
La primera casa quedaba en las inmediaciones de La Patria; esta proximidad con el diario fue la causa del gran impacto en la madrugada inicial al oír, al posteriormente reconocido Voceador de Prensa, gritar: ¡La Patria con la tragedia de hoy!
El niño pensaba: ¿Cuál? Y, razonaba: ¿Todos los días tragedia? Quedaba diariamente en la ignorancia hasta unos meses después cuando ingresó al colegio manizaleño y supo de los aconteceres citadinos y se acostumbró al estribillo anunciador y vendedor.
La primera fotografía del pequeño apareció el 1 de junio de 1955 en el periódico, integrando el grupo del Colegio de Nuestra Señora con motivo de la Primera Comunión. Ese día el diario traía la imagen del: Excelentísimo Señor Presidente de la República, Jefe Supremo, Teniente General Gustavo Rojas Pinilla. En otra página, a todo lo ancho, se anunciaba a Honorio Rúa, el ciclista paisa ganador de la etapa Cali-Popayán, en competencia con el legendario Ramón Hoyos quien finalmente ganó la Vuelta Colombia.
La segunda y tercera fotografías aparecieron en la juventud: 1962 con motivo de la premiación en el acto de clausura del colegio y en 1963 con el mosaico de bachilleres.
La historia documental indica que luego se publicaron muchas fotos y caricaturas, poco graciosas, relacionadas con las actividades administrativas y unas muy pocas sociales, de hace muchos años. Los artículos vinieron después en las secciones editoriales, de salud, de educación y taurinas. Igualmente, los coleccionables como Papel Salmón; Salud y Belleza; Cereza, Historia-150 años de Manizales, 60 años de Historia Taurina y ahora en los 100 años, fascículo 7, de La Patria.
Al revisar los miles de ediciones, se identifica la realidad o la ficción en todas las latitudes, plasmada día a día por sus directores, editores y periodistas de todas las disciplinas y épocas, sumándose a ello la publicidad que ha sido un indicio complementario de la vida cotidiana de la población y del medio.
Desde los días en los cuales el diario asumía un rígida posición partidista hasta la actual en la cual se identifica un proceder comunicador y de opinión pluralista; desde la tinta negra hasta las policromías; desde lo manual hasta lo automático; desde la película hasta lo digital; desde la vieja y oscura sede hasta la plena luz; desde periodistas por experiencia hasta profesionales, todo ha sido benéfico para la sociedad, a la cual finalmente está destinado un medio como La Patria.
No siempre se está de acuerdo con El Diario, hay discrepancias en variados temas pero la contraparte ha sido importante en la vida de las personas porque no hay hecho más dañino que la permanente unanimidad, además porque es imposible en una sociedad como la colombiana.
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