Jorge Alberto Gutierrez


Se ha desatado, a mi juicio, una desproporcionada polémica en Manizales por un personaje que se desnudó en el presbiterio de la Catedral, como uno más de los performances que por esos días concursaban en la ciudad.
Yo no sé qué tan bueno o malo desde el punto de vista artístico fue el acto que produjo semejante “escándalo”, pero puedo referirme, salvadas las proporciones, a la discusión más o menos parecida que se generó en el siglo XVI con los desnudos que pintó Miguel Ángel, que por este motivo fue acusado de hereje, en el juicio final de la capilla Sixtina, hasta que Pío IV les cubrió los genitales con “paños de pureza” pintados al fresco también.*
En estos días un par de jueces de Antioquia prohibieron difundir el libro “Dejad que los niños vengan a mí”, del periodista Juan Pablo Barrientos, quien denuncia en su investigación la pederastia en la Iglesia Católica de Colombia, uno de ellos hasta exigió “denunciar” las fuentes que habían aportado los testimonios para este trabajo. **
El papa Francisco se ha convertido en un férreo defensor de las víctimas del abuso que este flagelo le ha inflingido a la Iglesia, asunto que ha destapado con absoluto coraje para que un juez de la Ceja o San Rafael, que resultaron más papistas que el papa, se rasguen las vestiduras y decidan en “derecho” y, por el bien del país, acudir a la censura.
No es mera coincidencia, es una radiografía de la doble moral que caracteriza la sociedad en que vivimos. Entiendo y comulgo con el hecho de que el arzobispo de la ciudad en representación de su feligresía se pronuncie en contra de la malhadada presentación, y que haya necesidad de exigir respeto a las convicciones de los otros, pero que líderes gremiales, industriales e incluso que algunos miembros de una importante agremiación nacional, le hayan solicitado a las directivas locales que se pronuncien como gremio ante semejante “inmoralidad”. No tiene para mí que también soy miembro, presentación ninguna.
Zapatero a sus zapatos, dice la sabiduría popular cuando alguien entromete las narices en temas que no le corresponden. Hay asuntos en que deberíamos estar concentrados como gremio, que realmente son vitales para la economía nacional.
De ser así los gremios económicos por ejemplo, deberían pronunciarse sobre lo divino y lo humano, como que si debemos romper relaciones diplomáticas con Cuba, que si el exministro Botero debería haber renunciado o no, o sobre la explotación de las mujeres y los niños de la etnia Emberá Chamí que apostan en las calles de Manizales para pedir limosna.
Circuló también en redes sociales, a raíz del episodio de la Catedral y del terrible asesinato de Juanita Correa, un escrito en que equivocada y temerariamente se meten en un mismo saco los artífices del “performance” de la Catedral con los que defienden los derechos de los animales, el medio ambiente, con los que protestan... para hacer finalmente un angustioso llamado que pretende salvar del infierno a una juventud que está y nos está llevando al abismo.
Hay asuntos que son realmente más vergonzosos que el striptease de la Catedral, como el hecho de que una mujer con puñaleta al cinto maneje la prostitución en la plaza de Bolívar, entorno inmediato de la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Rosario.
* A finales del siglo pasado, 1999, los desnudaron de nuevo.
** El libro se vendió como pan caliente una vez los jueces profirieron su sentencia.
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