Un buen padre o madre sabe poner límites de forma clara y firme, aclarando las ventajas de hacerlo y las razones.
Todo fluye si eres predecible y coherente, ya que eso permite que los niños anticipen lo que pasará o lo que puede pasar.
Es de vital importancia empoderar a los niños, es decir, confiar en sus capacidades y habilidades.
Eso supone ir a su ritmo con paciencia y aceptar que en la vida se aprende a partir de los errores bien manejados.
Hay padres que quieren todo ya y olvidan que ellos de niños también fallaron y lograron salir paso a paso.
En la educación lo valioso ante los hijos es la actitud de amor incondicional, es decir, aceptarles tal y como son.
Dijo el famoso siquiatra Eric Berne: “La actitud de una madre o de un padre es lo que convierte a los hijos en príncipes o en ranas”.
En ocasiones, si fallan los padres, otro adulto amoroso arregla todo. A Catherine Ibarguen la formó bien su abuela.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015