Gonzalo Gallo


El costo de modificar la realidad, o intentar hacerlo, luchando, trae un costo alto: sufrimiento y dolor en la salud y en las relaciones.
El problema con el ego soberbio es que quiere cambiarle la realidad a los demás para sentirse bueno.
Busca sentirse aceptado, porque él depende de la aprobación de otros porque no es feliz por sí mismo.
Nosotros como no somos maestros, necesitamos pasar por todos los sufrimientos para poder aprender.
Los maestros no nacen para aprender, nacen para enseñar. Antes de errar, aprendamos de los individuos centrados.
Ellos aceptan la realidad presente como una maravillosa oportunidad para trascender sus propias limitaciones internas.
Por lo mismo solamente se ocupan de modificar su propio interior y eso impide que sufran.
Por supuesto que el ego orgulloso dice: “Si otros lo hacen lo hago yo. Miren como soy de bueno... Miren como soy de sabio... Miren que yo sí fui capaz”.
@gonzalogallog
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