Gonzalo Gallo


Repetir oraciones es fácil y muy frecuente, pero aplicar en la vida lo que se dice es otro cantar y no es tan común.
¿Cuántas veces has dicho “venga a nosotros tu reino y hágase tu voluntad? Acaso miles de veces.
¿De qué sirve si en la realidad no dejas que Dios sea tu rey, o sea el que gobierna del todo tu vivir?
Examina tu vida y mira hasta qué punto permites que Dios dirija tus acciones y sea tu amoroso guía. Si lo vives, es claro que tus pensamientos, tus palabras y tus acciones son solo de amor y de rectitud.
Si Dios reina en tu existir necesariamente haces su voluntad todo el tiempo y no la tuya. ¿Es así?
¿Cuál es su voluntad? Que ames y te ames. Simple, pero exigente porque amar pide respeto, compasión, paciencia y aceptación.
Amar es actuar con transparencia, comprensión, perdón, confianza, generosidad, compromiso y ternura. Rezar es fácil y hacerlo sin amar es un embeleco.
@gonzalogallog
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