Gonzalo Gallo


Imagina a un rebino, un sacerdote, un imán musulmán, un pastor o un monje budista que dicen esto en su templo: “No tienen que venir acá, Dios está con ustedes y no necesita culto, ni diezmos ni rituales o ceremonias. El templo es tu corazón y lo único que Dios quiere de todos es que vivamos en amor y seamos seres honestos. Nada más”.
Al hablar así está diciendo la verdad, pero no lo hace porque entonces se acaban las religiones y se queda sin trabajo y sustento.
Las religiones han sido creadas por los humanos y sus líderes atribuyen a Dios sus doctrinas, creencias y vetos. Jesús tuvo esto muy claro porque la fe judía se apoyaba en tres pilares: La ley o Thorá, el templo y el culto que en él se ofrecía.
Las leyes fueron creadas por los sacerdotes, el templo lo manejaban ellos y el culto también, vendían los animales para los sacrificios.
Jesús fue atrevido y afirmó: “No hay mas ley que amar, el templo es tu corazón y Dios no necesita culto”. Por eso acabó en una cruz, pero sus discípulos volvieron a lo mismo que aún sigue.
@gonzalogallog
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